Te sientes mala madre, aquí van 10 recordatorios

¿Te sientes mala madre? Aquí van 10 recordatorios.

Ser madre, nada más humano. Y, sin embargo, nada más difícil, o eso parece, en los tiempos que corren. Tan difícil que, a menudo, sentimos que somos malas madres. Que lo estamos haciendo todo mal. Que estamos “estropeando” a nuestros niños y adolescentes.

¿Puede hacerse mal algo que es natural en la experiencia humana? 

Aquí habría que plantearse otra pregunta: ¿qué es lo natural? ¿Existe lo natural en el ser humano? Las personas vivimos en sociedad, y en las sociedades hay una serie de costumbres y expectativas acerca de nuestros comportamientos. 

Podemos decir, por tanto, que se puede ser madre de una manera que, socialmente, no es la esperada. Otra cosa es que eso sea exactamente ser una mala madre. Porque a lo mejor, en el fondo, el problema de verdad sea ese, que no nos hemos preguntado qué significa ser una mala madre, si existen las malas madres reales y hasta qué punto la visión social de la maternidad está hoy limitándonos y perjudicándonos.

Y es que, y con esto vamos contestando a las preguntas, a veces lo social es una exigencia irrealizable. 

Te sientes mala madre, aquí van 10 recordatorios
El síndrome de la mala madre es el conjunto de sentimientos asociados a la incapacidad de ser la madre perfecta en todo momento

¿Existen las malas madres?

Sí, las malas madres existen, sin duda. Igual que existen las malas personas en cualquier ámbito de la vida. Pero son mucho menos frecuentes de lo que pensamos a veces. 

Una mala madre, una de verdad, es la madre incapaz de ofrecer a su hijo un amor equilibrado: aquella que no le da el suficiente amor o que le da tanto que es incapaz de desprenderse de él. 

El escritor francés Jules Renard lo resumía así: “no todo el mundo tiene la suerte de ser huérfano”. Y es que los hijos de las malas madres son niños atrapados en el dolor, pues viven tratando de compaginar la consciencia de que sus madres no les aman bien con la certeza social de que las madres deben amar a los hijos.

Si sientes que estás atrapada en un modelo de maternidad que daña a tu adolescente, lo mejor es que busques ayuda psicológica. Y recuerda: tu relación con tu hijo no está necesariamente perdida, el ser humano es resiliente y tu adolescente desea un amor equilibrado, así que mucha fuerza en el proceso.

Si no es tu caso (y lo más probable es que no lo sea), entonces lo que estás sufriendo es un espejismo: el síndrome de la mala madre.

Como muchas veces en la maternidad, la mejor batalla que le puedes presentar a este síndrome es el conocimiento. Y estás de suerte, porque pronto celebramos una nueva edición de los cuatro talleres gratuitos Gestión de batallas con adolescentes. Serán el 29 de abril y el 1, 3 y 6 de mayo de 2024, a las 20:00 hora española. 

¿Te interesa? No te quedes sin tu plaza.

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¿Por qué te sientes mala madre aunque no lo seas?

¿Por qué, si no estás en un modelo disfuncional, sientes que eres mala madre?

Por una razón social. La imagen de la mujer, y de la madre, ha sido modelada en el imaginario occidental a través de un esfuerzo de siglos: la “finalidad” de la mujer era ser madre. Procrear, cuidar y encargarse de atender el bienestar de los hijos y del marido. 

La buena madre ya era un rol difícil hace algunas generaciones. Las madres debían poner las necesidades de su familia por delante de las suyas, tener la casa perfecta, educar con firmeza y abnegación, ser cariñosas, sonreír siempre… Hoy en día, a todo esto se suma la obligación de ser una excelente profesional, tener inquietudes personales, ir al gimnasio, seguir formándote… Y que, además, cada uno de estos momentos sea perfecto, instagrameable.

El síndrome de la mala madre es el conjunto de sentimientos asociados a la incapacidad de ser la madre perfecta en todo momento. Y viene cuando nos creemos en la obligación de encarnar ese modelo, de hacerlo nuestro. 

Porque la buena madre de la sociedad contemporánea es una utopía. 

Las diez reflexiones para ayudarte cuando te sientas mala madre

La mayoría somos, sencillamente, madres suficientemente buenas, como decía el pediatra inglés Winnicott: madres que confían en sus instintos y se van adaptando a las necesidades de sus hijos de la mejor manera que pueden en cada momento. 

Winnicott decía también, de hecho, que aspirar a ser la madre perfecta puede llegar a ser perjudicial para los hijos.

Por eso hoy hemos querido traerte diez reflexiones para que las tengas presentes cada vez que creas que eres la peor madre del mundo. 

1. Tus errores no te definen

Todo el mundo se equivoca, en la maternidad y en muchos otros aspectos de la vida, pero los errores no son, en ningún caso, lo que somos. Los errores son parte de los procesos de aprendizaje y de la vida misma. 

Puedes usar tus equivocaciones maternales para culparte, pero también puedes usarlas para seguir aprendiendo y creciendo.

2. Te equivocas porque estás intentando hacerlo mejor

Si sigues el mismo modelo de crianza que tus padres, un modelo que tienes interiorizado, probablemente cometerás menos errores que si estás tratando de cambiarlo. Porque, como decíamos antes, el error es parte de los procesos de aprendizaje.

Así que puedes enfocarlo así: no eres una mala madre, sino que te has equivocado porque estás intentando ser una madre mejor.

3. Cuando te equivocas, modelas el error en tus hijos

Decimos con frecuencia, de los niños y adolescentes, que tienen “baja tolerancia a la frustración”. Pero la realidad es que nosotros también, mucho más que ellos, a veces.

Podemos, por tanto, usar el error como un aprendizaje para todos: equivocarte en la maternidad, reconocerlo y remediarlo es la mejor manera de enseñar a tu adolescente a manejar sus errores.

4. La relación con tus hijos no es cosa de un día, sino de todos los días

La crianza y la educación son carreras de largo aliento. En la relación que forjas con tus hijos no cuenta el error de hoy, sino la suma de todos los días que tienes con ellos: su infancia entera y su adolescencia, sobre todo. 

Si hoy te has equivocado, toma aliento, perdónate y piensa cómo lo vas a hacer mañana.

5. Preguntarte si lo estás haciendo bien ya es hacerlo bien

Una mala madre, una de las de verdad, no se hace preguntas acerca de su propia maternidad, no investiga cómo hacerlo mejor, no siente que debe cambiar su plan para conectar mejor con su adolescente, o para acabar con las batallas en casa.

Así que ten claro que, si estás haciéndote preguntas sobre tu maternidad, ya eres una madre suficientemente buena.

6. Busca una tribu. Y que sea lo más física posible

Quizá tus amigas de la infancia tengan ideas diferentes a las tuyas sobre la maternidad. A lo mejor tu cuñada necesita sentirse siempre la madre perfecta, o tu madre critica tus decisiones. Y es que cada cual habla desde su experiencia.

Por eso es importante que busques algunas madres que conecten con tu forma de ver la educación, y que las frecuentes todo lo que puedas. Porque ellas te van a comprender y apoyar mucho más que quienes no piensan como tú.

7. Piensa en todo lo que sí haces bien

Claro que te equivocas, pero a lo largo del día haces muchísimas cosas, como madre, y la mayoría de ellas están bien. No las minimices solamente porque las hayas automatizado, pues también son importantes.

Si sientes a menudo que te has equivocado mucho como madre, puedes escribir a diario, justo antes de acostarte, una lista de cinco cosas que sí hayas hecho bien ese día. Esto te ayudará a tomar perspectiva.

8. Cuídate. Te lo mereces

En Adolescencia positiva somos poco partidarios del famoso “cuídate para cuidar”; nos gusta más el “cuídate porque te lo mereces”. Cuídate porque eres una persona y todas las personas merecen cuidarse, tratarse bien y tener tiempo para sí mismas.

Recuerda agendarte todas las semanas un tiempo para ti, aunque sea breve. No hace falta que hagas nada especial: puedes, sencillamente, “vaguear”. Las cosas se ven de otro modo cuando te enfocas en tu propio bienestar.

9. Fórmate

Esto también es un sello distintivo de Adolescencia positiva. Y es que si los patrones educativos que has heredado de tus padres te pesan, lo mejor que puedes hacer es formarte para acompañar a tu adolescente. 

Entender qué es la adolescencia, cuáles son sus fases y cómo necesita tu adolescente que le acompañes puede suponer un cambio radical en vuestra relación.

Recuerda que estamos a punto de comenzar una nueva edición de los cuatro talleres gratuitos Gestión de batallas con adolescentes. El 29 de abril y el 1, 3 y 6 de mayo de 2024, a las 20:00 hora española, te contamos cómo acabar con el mal humor y los portazos en casa.

Me apunto a los talleres Gestión de batallas con adolescentes.

10. Olvídate de la madre perfecta: no existe

Por último, repitamos juntas: “la madre perfecta no existe”. Habrá días en que te vayas a la cama sintiéndote genial porque has tenido un momento maravilloso con tu adolescente y habrá días en que te sientas fatal porque habéis discutido. 

Ser madre es ser persona, y las personas no somos perfectas.

Así que, recuerda: no eres una mala madre. Eres una madre que está teniendo un mal día

Y respira. La maternidad es un camino largo y llegarán tiempos mejores.

AdolescenteZ de la A a la Z

4 comentarios. Dejar nuevo

  • Hola Diana, todo lo que escribes, me hace sentir tan identificada. Como saber si ofrezco a mi adolescente un amor equilibrado???? Me encantaría anotarme en el Circulo , pero para los argentinos se nos hace tan difícil…..en fin, espero algún día poder hacerlo, aunq mi adolescente ya esté grandecita. Gracias x todo los que hacen. Saludos

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  • Excelente guía para autogestionar nuestro cúmulo de emociones diarias

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  • Gracias Diana por tus consejos… siempre te busco en mis momentos de dolor y cuando me siento triste por mis muchos errores que cometo con mi adolescente. Ella, es siempre mi prioridad pero la mayoría de las veces siento que soy esa mala madre… hoy hemos hablado con ella de que es necesario que empiece a planificar porque al parecer ya empezó su vida sexual. Creemos como padres que hacemos lo correcto y le hemos explicado lo que eso conlleva … la tenemos con psicólogo y nosotros también. La amamos pero sentimos que estamos fracasando como padres de muchas maneras … en fin, te sigo y gracias por tus aportes … saludos desde Nueva Zelanda.

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  • Hoy he descubierto este canal, me alegra haberlo hecho porque soy madre de una adolescente. Lástima que ya pasaron esos talleres. Muchas gracias Diana por sus consejos tan útiles.

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