Cómo hablar a adolescentes difíciles

CÓMO HABLAR A ADOLESCENTES DIFÍCILES

Hay una imagen social de la adolescencia como una etapa siempre difícil y tormentosa (storm and stress, se dice en inglés), que causa miedo en toda persona adulta que se enfrente a ella. Y, sin embargo, la realidad y los datos dicen otra cosa: “los desacuerdos son comunes; el conflicto abierto, no”, afirman los especialistas Laursen y Collins. Muchos padres y madres, no obstante, tienen dificultades para comunicarse con sus adolescentes: cada intento de conversación acaba en una declaración de guerra y cada acercamiento, en un portazo. Sin embargo, es posible revertir esa dinámica y hablar a tu adolescente, por difícil que te parezca.

Sobre qué es y qué no es una adolescencia difícil habría mucho que señalar, pero aquí nos referimos a adolescentes que no se encuentran en situaciones extremas (dependencia de sustancias, violencia física, actos delictivos…). Esas serían las adolescencias verdaderamente problemáticas, para las que cabe aplicar otros mecanismos. 

Entonces, ¿todas las adolescencias pueden ser fáciles?

No hace falta ser profesional de la educación para saber que no: no todas las adolescencias son sencillas. Hay adolescentes que van a salir con sus amistades sin exigir alargar la hora cada fin de semana. O a pasar por el instituto sin llevar a casa los suspensos de seis en seis. Y también hay adolescentes que van a hacer todo lo contrario.

Malestar

No siempre es fácil saber de qué tipo será tu hija, tan adorable y obediente a sus siete años. Pues cómo viva la adolescencia dependerá de su personalidad, claro, pero también de las influencias que le lleguen durante esos años. Esta es una de las razones por las que, en tantas familias, las adolescencias son muy diferentes unas de otras a pesar de que los hijos hayan sido “educados igual”.

Pero los estudios longitudinales muestran que la probabilidad de tener adolescencias difíciles es más alta (además de en familias disfuncionales o con problemas graves, claro) en las familias en las que: 

  • los padres creen, cuando sus hijos son aún niños, que la adolescencia es un periodo difícil;
  • la educación es muy autoritaria o excesivamente laxa.

Como casi siempre en educación, el justo medio y la confianza van a ser tus mejores aliados.

¿Cómo hablar con esos adolescentes que son más provocadores?

Hay algo que en Adolescencia positiva siempre tenemos claro, y es que el primer requisito para hablar con tu adolescente es (ya escribimos un artículo al respecto hace unos meses) dejar la puerta siempre abierta para el diálogo: propiciar los momentos de conexión.

Merece la pena intentar tener siempre esa actitud abierta y dispuesta al diálogo. Pero si esto es difícil con adolescentes que no son especialmente conflictivos, que no te hablan pero tampoco te desafían abiertamente todo el tiempo, con quienes se han instalado en la provocación es aún más complicado.

Pero la realidad, y no nos vamos a cansar de repetirlo, es que lo que desea tu adolescente es exactamente lo mismo que en su infancia: tener tu atención sostenida, tu mirada, tu aceptación.

Lo disimula muy bien, pero es lo que desea. Un adolescente necesita sentir la aceptación del grupo, sentirse parte (es la necesidad de pertenencia de la que habla Maslow), y eso también implica a la familia. Recuerda: igual que cuando comenzó a caminar se iba corriendo lo más lejos posible pero luego volvía la cabeza para ver si estabas ahí. Ahora se aleja de ti, pero necesita saber que su familia le apoya, le comprende, le sostiene.

Sostener a un adolescente no es solo escuchar lo que te dice. Sostener a un adolescente es apoyarle y demostrarle amor incondicional, lo que también implica (y aquí está la raíz de algunas adolescencias difíciles) poner límites y normas claros y consistentes.

Madre habla con adolescenteTu adolescente necesita saber en qué aguas navega. Necesita saber bien dónde están los límites, para poder así moverse dentro de ellos: saber, por ejemplo, que te molesta que vaya al instituto con esos pantalones, pero no vas a intervenir, pero que no le vas a permitir hablarle mal a su abuela.

Cuando le pones límites, tu adolescente intenta empujarlos, se rebela. Y si esta rebelión es diaria, continua, por todos y cada uno de los límites aunque sean pocos (por los zapatos en el salón, por la hora de llegada, por el uso del móvil a la mesa…), agota.

Así que un día cedes y le dejas usar el teléfono en la mesa, al día siguiente le recoges las deportivas del salón y al siguiente… El problema de esta actitud, que muchas veces lo único que busca es un poco de paz en casa, es que se puede llegar muy fácilmente a la escalada en el desafío.

Porque tu adolescente, cuando “no ves” que está con el móvil a la mesa, siente que no le ves. Así que necesitará romper otro límite para que le mires. Y si le dejas pasar por ese nuevo, habrá otro, y así. Un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

¿Cómo poner límites a adolescentes desafiantes?

En definitiva, lo primero que necesitas hacer para poder reconectar con tu adolescente es dejarle claros cuáles son los límites. Y aunque estos pueden evolucionar, negociarse y cambiar con el tiempo, hay algunos consejos que te puedo dar para ponerlos: 

Sé clara

Tu adolescente necesita saber cuáles son los límites inamovibles, qué normas se pueden negociar y cuáles no. Y eso no es algo que se improvise.

Si tu adolescente protesta por todos los límites, debes estar preparada para defender aquellos que no quieras que cruce y, en la medida de lo posible, dejárselo claro antes de que lo intente.

Sé consistente:

En el caso de los adolescentes difíciles, la consistencia es el mayor desafío. Porque cuando te pasas la vida repitiendo las normas, el desgaste, el cansancio, te acaban empujando a hacer la vista gorda.

Pero la falta de consistencia deja a tu adolescente sin saber a qué atenerse

Porque sí, hay adolescentes con los que hay peleas todos los días por los mismos motivos. Pero si lo hacen es porque, de alguna manera, necesitan saber eso: que ese límite es consistente. Inamovible. Si un día lo es y al siguiente no, están perdidos.

Sé empática:

La empatía es esa llave mágica que te permitirá entender por qué tu adolescente te desafía, y no tomártelo (y es muy difícil) de modo personal.

La empatía te ayuda a frenar a tu adolescente de manera firme, pero sin caer en los discursos moralizadores, ni en los gritos y amenazas.

Permítete enfadarte, pero evita los discursos culpabilizadoresMadre habla con hija

Si, pongamos, tu adolescente te ha insultado, quizá te enfade lo que te ha dicho. Y no pasa nada; al fin y al cabo, las situaciones domésticas son una prueba para la vida, y a tu adolescente no le hace mal saber que cuando insulta a una persona, esta puede enfadarse. 

Pero eso sí, en tu enfado deberías intentar evitar los discursos culpabilizadores (recordarle lo que “siempre” hace o que “nunca” te escucha). Recuerda que, también cuando discutes, eres un modelo para tu adolescente.

Permítele una salida digna

No le acorrales. No le humilles, dejándole sin salida y sin nada que decir. Permítele siempre una reparación (física o moral), para no causar rencor y que aprenda a enfocarse en las soluciones y no en los errores.

Busca siempre la conexión

La conexión es la base de tu relación con tu adolescente.

No es necesario que conectes en el mismo momento en el que ha hecho algo que te ha molestado mucho. Pero sí puedes, y deberías, acercarte cuando os hayáis calmado y explicarle por qué no te ha gustado lo que ha sucedido, incluso disculparte si has gritado o has dicho cosas que no hubieras debido. 

Recuerda que cuando te disculpas con tu adolescente ganas autoridad, porque ganas credibilidad. Tu adolescente ya sabe que no lo haces todo bien. ¿Qué mejor manera de conectar con él que humanizándote y reconociendo que a veces tú también te equivocas?

Y, sobre todo, no te rindas

De la misma manera que se acabaron las noches sin dormir y los días en que tu bebé no podía separarse de ti ni dos centímetros, el periodo de mayor confrontación de la adolescencia también pasará

Eso no significa que vaya a dejar de protestar o de negociar: significa que comenzará a aceptar esos límites que necesitas que cumpla por su propia seguridad y el bienestar familiar. 

Porque la conflictividad, en la adolescencia, suele ir descendiendo conforme pasan los años.

El camino no es fácil, lo sé, pero te garantizo que merece la pena.

Y, si quieres recorrerlo acompañada, te invito a que te unas a mis talleres gratuitos Gestión de batallas con adolescentes, en los que acompaño a padres y madres para que aprendan a entender mejor a sus adolescentes y comiencen a disfrutar de esta etapa de la vida. Serán los días 31 de enero y 2, 4 y 7 de febrero. 

Puedes apuntarte haciendo click aquí.

9 comentarios. Dejar nuevo

  • Buenos días
    Mi hija tiene 7 años, se que queda aún para la adolescencia, pero me siento tan identificada, me he apuntado, porque creo que me servirá ahora y en el futuro también.
    Muchas gracias

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  • Muy buenas, hace tiempo que voy viendo tus post. Y me gusta mucho tu visualizacion y realmente parece facil
    Pero a la practica me esta costando mucho.
    Me siento mal, mala madre, no se como redirigir la situacion
    A toro pasado veo los errores y vuelvo a caer ‍♀️
    A parte de adolescente tambien es TDA, es muy impulsivo, provocador y custiona TODO, se opone a todo y nosotros seguimos alli perseverantes. A veces pienso que somos demasioado exigentes a veces permisivos… sincermente una montaña russa.
    Cuando tenia 5, 10 , 13 anos era mas facil reconducir ahora se opone con gritos y malas palabras. E incluso cosas mayores.
    Estamos seguros que aprenderemos mucho mas con estos talleres a ver si podemos vivirla de diferente manera . Un abrazo y gracias

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    • Hola Mónica. Gracias por compartir tu experiencia. Si algo tengo claro en la experiencia de todos estos años, es que la educación es algo que requiere tiempo, no hay milagros que valgan. Por eso es fundamental que aprendamos todo tiempo de herramientas para integrarlas en nuestro día a día y poder acompañar a nuestros hijos a lo largo de este maravilloso y a veces complicado camino de la adolescencia. Un fuerte abrazo

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  • Mi hija de 18 años es este tipo de adolescentes complicada. No quiere cumplir las normas y esto es un continuo pulso. Por más que quiero empatizar y explicar me vale de poco. Los problemas son cada vez más gordos… Y no escucha ni hace nada q se le dice. Siempre le da la vuelta a las cosas para hacer culpable de sus actos a los demás. Es muy mentirosa y manipula. Llevo luchando con ella desde los 14 y estoy agotada apunto de tirar la toalla para mí es ya un desgaste. Gracias por todos tus consejos

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    • Hola Carmen. Te entiendo perfectamente. Por eso creo que la educación no debería ser una lucha con ellos, sino un acompañamiento. Procura centrar tu energía en aquellas cosas que realmente son importantes, y flexibiliza aquello que realmente no supone un peligro para tu adolescente. Si estamos a todas horas recriminando, llega un momento que ni nos escuchan. Por eso es fundamental elegir las batallas a pelear…

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  • No se que hacer con mi hija de 13 años no quiere salir apenas todo el dia en habitacion con el movil,los examenes fatal,malas contestaviones todo el dia a gritos
    No se le puede decir nada
    Hay dias que ni cena.
    No se que hacer?
    Estoy desesperada
    Ayuda por favor

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  • María Pérez
    agosto 29, 2022 1:54 pm

    Excelente artículo , mi hijo tiene 12 años y es muy dura esta etapa que apenas empezamos cómo padres , voy a tratar de aplicar todo lo leído y poder salir triunfante, porque hay días de frustración y desánimo que pienso no voy a poder
    Y la comunicación en pareja por esta etapa también la complican

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