Decálogo para negociar los horarios con hijos adolescentes

Decálogo para negociar horarios con hijos adolescentes

Las salidas adolescentes son un temazo en toda regla. Son uno de los asuntos que más preocupa a las familias y una de las fuentes de conflicto más repetidas en las encuestas. En muchas familias, establecer (y conseguir que se respete) la hora de regreso a casa supone una pelea cada fin de semana.

¿Podría gestionarse la hora de llegada de otro modo? Podría y, desde luego, debería. Los horarios de vuelta a casa no tienen por qué ser una guerra de poder.

Si cambiamos la mirada, podemos empezar a ver los conflictos familiares más bien como un escenario donde nuestro adolescente va a practicar determinadas habilidades que serán fundamentales en su vida adulta. 

Ahora bien, hay que ser realista. No hacer de la hora de vuelta un tira y afloja no significa que no vaya a haber opiniones enfrentadas entre adolescentes y madres. Lo que significa es, ni más ni menos, que estas diferencias van a gestionarse desde la calma y desde una perspectiva de negociación y de bien común.

Tu hijo o hija adolescente va a querer más independencia, más libertad, llegar más tarde; y, además, va a tender a ignorar tus reticencias y tus argumentos. Tu tarea aquí es tener claro hasta dónde puedes ceder y por qué, llegar a acuerdos y vigilar que se cumplan. Todo esto, sin perder los nervios. Casi nada. Pero te aseguro que es posible.

Cambiar el autoritarismo por la negociación

Si has intentado en alguna ocasión imponer el horario de llegada o cualquier otra regla familiar, ya sabrás que, con los adolescentes, el autoritarismo no funciona. Quizá sí te haya funcionado, pero el precio que paga la familia es bastante elevado: enfado, malestar y, en definitiva, desconexión.

Esto es así independientemente de que el adolescente en cuestión fuera muy obediente de niño. Algunos niños y niñas (no todos) obedecen sin más, pero la mayoría, cuando llegan a la adolescencia, necesitan hacer valer su opinión. Necesitan más autonomía, más independencia… En definitiva, necesitan salir del nido y construirse su propia personalidad.

Por eso las imposiciones, con los adolescentes, ya no valen. Aquí lo único que sirve es negociar. Teniendo en cuenta, eso sí, que no hace falta luchar todas las batallas y que, con adolescentes, no todo es negociable.

La hora de regreso es, decíamos antes, un buen espacio donde enseñar a tu adolescente habilidades de negociación. Hemos querido traer aquí este decálogo para que, si aún no lo has hecho, puedas dar el primer paso para dejar de imponer la hora y comenzar a negociarla.

Horarios adolescentes
Tu hijo o hija adolescente va a querer más independencia, más libertad, llegar más tarde

Decálogo para negociar la hora de regreso con tu adolescente

1. Empieza desde el principio

Los horarios de regreso a casa deberían comenzar tan pronto como tu hijo empieza a ir solo a algún lugar: las casas de sus amistades, sus actividades extraescolares… Tenga la edad que tenga. 

La razón es sencilla: así se va a ir acostumbrando a que tú, como madre o padre, tienes una expectativa sobre la hora de llegada, que te importa y que interfiere en la vida familiar (por ejemplo, que si se entretiene después del entrenamiento, la hora de la cena ha de retrasarse).

2. Escucha a tu adolescente

En realidad, este debería ser el primer punto, pues todo decálogo orientado a padres y madres de adolescentes debería empezar así: escucha, escucha, escucha. 

Intenta comprender por qué quiere llegar a tal o cual hora, plantéate (pero de verdad) sus razones, recuerda a la adolescente que fuiste… En una palabra: empatiza. 

Empatizar con tu adolescente no significa que estés de acuerdo con él o ella, significa que seas capaz de comprender sus razones.

3. Habla solo cuando estéis tranquilos

Hay algunos momentos que debes evitar cuando quieres hablar con tu adolescente: cuando tiene prisa (por ejemplo, si quiere cambiar la hora de regreso un rato antes de salir de casa), cuando acaba de volver de clase (normalmente hay un montón de emociones que debe gestionar: decepciones, encontronazos, enfados con amigos y profesores) o cuando uno de los dos está enfadado (nunca entres en una negociación desde el enfado).

Los momentos que, en general, son más recomendables son las horas de comer y los trayectos en coche. Aunque, por supuesto, tú conoces a tu adolescente mejor que nadie, así que solo tú puedes saber en qué momento va a estar más tranquilo.

4. Vigila siempre que el horario no interfiera con sus obligaciones

Un asunto muy importante es que el horario de salidas de tu adolescente, entre semana y el fin de semana, le permita cumplir con todas sus obligaciones, las familiares, las escolares y las que voluntariamente haya adquirido (extraescolares, voluntariados, pequeños trabajos…). Salir es importante, pero es necesario encontrar un equilibrio entre obligación y ocio.

Si sus obligaciones no le permiten salir, entonces probablemente habrá que revisarlas.

5. Cuida que la hora de regreso esté en función de su madurez y del contexto

Tener 15 años no es sinónimo de poder llegar a las 10, ni a las 12. Piensa siempre en la madurez de tu hijo o hija, su capacidad de compromiso y de volver a casa a la hora, cómo ha respondido a la responsabilidad en otras ocasiones… 

La hora de llegada a casa no tiene que ver con la edad sino con el momento de desarrollo de cada adolescente.

Y también, por supuesto, es diferente un barrio que otro, una ciudad que otra, un país que otro. Así que ten en cuenta todo esto antes de comenzar ninguna negociación. 

6. Verifica que el “todos llegan a tal hora” sea cierto

Los padres y madres de los amigos de tu hijo no tienen porqué ser tus amigos, pero sí deberías tenerlos en cuenta como coeducadores de tu adolescente. Tener sus números de teléfono y establecer con ellos un nivel de confianza suficiente como para preguntarles cuál es la hora de regreso de sus hijos, o incluso turnaros para recogerlos cada fin de semana o establecer una hora conjunta en función, por ejemplo, de los horarios de autobús. Complejos en la adolescencia, como afrontarlos

Tu adolescente aceptará más fácilmente la hora de regreso si es la misma que la de sus amistades y, además, siempre es mejor que regrese a casa con compañía.

7. Háblale de lo que debe y no debe hacer cuando sale

No hace falta que le des una charla, pero tu adolescente necesita saber cuáles son tus expectativas con respecto a sus salidas. No des por hecho que sabe que no quieres que beba, o que se comporte de determinada manera. 

Intentad reflexionar una salida a situaciones complicadas; por ejemplo, si va a volver a casa en el coche de alguien y esa persona ha bebido, ¿qué debería hacer? ¿Llamarte para que le vayas a buscar? ¿Coger un taxi? Cuanto más claro lo tenga de antemano, más sencillo le será actuar si llega el momento.

8. Respeta su intimidad, pero quédate pendiente

Este punto es, quizá, el más complicado de todos. No cabe ninguna duda de que los adolescentes necesitan libertad, pero establecer una hora de llegada no es entregarle un cheque en blanco para que haga cualquier cosa

Sin agobiarle, sin espiarle (espiar a tu hijo adolescente puede tener consecuencias muy negativas), intenta enterarte, en conversaciones informales, de qué hace, dónde va, con quién, cuánto gasta… Que salga con chicos y chicas que conoces (invítalos a casa siempre que puedas), que gaste cantidades de dinero razonables son indicadores de que no hay motivos para preocuparte.

9. Pacta las condiciones de tu tranquilidad

En las salidas adolescentes se mezclan muchos factores, no solo su autonomía. Hay algunos peligros reales, de los que suelen ser poco conscientes, y también los miedos adultos, tantas veces desproporcionados.

Los horarios de salida son muy problemáticos porque es necesario encontrar el equilibrio entre el miedo adulto y la realidad. Una buena solución es pactar con tu adolescente en qué condiciones deberá responder obligatoriamente el móvil (por ejemplo, si no está en casa a los 15 minutos de su hora de llegada).

10. Firma un contrato

No es imprescindible, pero dependiendo de cuánto suela tu adolescente comprometerse con los pactos, puedes firmar un compromiso escrito que recoja la hora pactada de llegada, sus demandas y las tuyas.

El redactarlo por escrito os permitirá reflexionar acerca de vuestras propias necesidades, de cómo encajan con las de la otra parte, de en qué puntos está dispuesto cada uno a ceder y llegar a acuerdos…

Como padres y madres, podemos ver las salidas adolescentes como una guerra sin cuartel o como una oportunidad para aprender determinadas habilidades de negociación: expresar las propias necesidades de forma asertiva, aprender a ceder y a hacer acuerdos, comprometerse con la propia palabra… 

Si afrontas este tema con paciencia y con serenidad, además, rebajarás mucho el nivel de estrés en casa, y eso, cuando se convive con adolescentes, es fundamental. Ya sabes que en nuestra guía gratuita encontrarás algunas herramientas que te ayudarán a cambiar el paradigma educativo con tu adolescente del siglo XXI.

Cuéntanos, ¿cómo van en tu casa las negociaciones sobre la hora de salida? ¿Tienes algún truco infalible que no hayamos dicho o alguna pregunta al respecto?

18 comentarios. Dejar nuevo

  • Lo primero que me pregunta es hasta que hora me dejas? Le digo un horario y claramente no acepta entonces le pregunto a qué hora querés volver? Y en consecuencia de su respuesta negociamos un horario que nos convenga a ambos. Gracias por compartir tus saberes, me ayudan con el día a día

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    • Hago exactamente igual. Y funciona más o menos bien. El mayor de 15 años no se suele retrasar. Pero el pequeño de 13…siempre tiene una excusa para sus retrasos.

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  • Mil gracias Diana, por acompañarme en esta etapa, he aprendido a amar la adolescencia gracias a tus consejos!!!

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  • Llevo muchos meses poniendo en práctica todo lo anterior…. No me ha funcionado nada. Pactar una hora y llegar tarde más ee una hora (a veces dos, tres, cuatro… Sobre la hora pactada) es un hecho. Hemos hablado con él tranquilamente, hemos tenido que adoptar posturas de llegar tarde tendrá consecuencias y NADA NADA nos ha funcionado. Me falta lo del contrato, pero sé que tampoco va a funcionar, porque hemos hecho algo similar y no dio eesultado. Es frustrante y sientes una impotencia tremenda.

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  • Normalmente, de momento, si no llega a la hora acordada manda un mensaje diciendo que se retrasa.

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  • Pues la verdad con miedo, aunque es muy responsable, quiere guiarse siempre por la hora de sus amigos y no por la que sucédanos y ahí está guerra. Gracias por tus consejos

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  • Gracias de verdad ,todo es más fácil con tus consejos

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  • Valiosos aportes para educar en la adolescencia . Para mi lo más complicado es dejarlo ir a fiestas . Tiene 16 años pero ir a un lugar donde hay alcohol tabacos y sin control de adultos es el pan de cada día en mi país . Que hacer si su argumento es siempre el mismo todos lo hacen ? Me pregunto dónde están esos papas para evitar exponerlos de esa manera . Son jóvenes pueden fácilmente caer en un vicio .

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  • El horario lo estamos manejando bastante bien, lo que no podemos manejar es que quiere salir todos los fin de semana si o si, y eso nos ata a mí esposo y yo a no poder programar fines de semana fuera de la ciudad

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  • Isabel Ruiz Plaza
    abril 4, 2023 3:59 pm

    Me parece muy importante todo lo que aconsejas y dices y me ayuda mucho

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  • yuleykatrujillo
    abril 4, 2023 7:30 pm

    Me gustó mucho el artículo siempre aprendo mucho de usted es un placer navegar en sus reflexiones muchas gracias le escribo desde Cuba no sabe cuánto me ayuda a sobrellevar la adolescencia de mi preciosa hija.

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  • Gracias. Me ha parecido muy razonable todo lo que dices y me ha dado luz en muchos aspectos.

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  • Muy útil ya que estoy empezando con la lucha. Mi gran primer reto está siendo esta Semana Santa

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  • Muchas gracias por estos consejos. No suelo poner hora de llegada porque, vivo en un pueblo pequeño y es algo distinto. Pero sí que lo veo necesario para negociar que todos los días no se puede salir si dejan de lado otras cosas más importa tes., y ahí es donde en mi caso vienen los conflictos. Gracias

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  • Arantxa Galan
    abril 5, 2023 6:05 pm

    Muchas gracias, algunas cosas ya las ponemos en práctica otras es más difícil porque como bien dices a veces nuestros miedos hacen que exageremos y adoptemos posturas un poco intransigentes pero hay que seguir aprendiendo por su bien y el nuestro.

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  • Mi hija tiene 12 años y considero hasta este momento estoy en el camino correcto. Gracias

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  • Hola, más o menos hacemos como nos dices en el artículo, aunque hay un punto que me ha gustado de forma especial, ya que él siempre quiere quedarse hasta que se van sus amigos, y en su grupo hay diferentes horas de regreso a casa así que él se quiere quedar con el que más tarde se va. Creo que lo de hablar con los demás padres puede ser una buena opción, probaremos y haber que pasa. Muchas gracias

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  • Hola este tema es de Diario y desilusiona mucho pero como padres tenemos que apechugar por el bien de todos ya que estarse dando de topes con los hijos creo yo que hoy en dia batalla uno mas que antes ya que son otros tiempos y no podemos atar y eso nos causa impotencia con ganas de que razonen y valoren el hogar y todos nuestros esfuerzos por amor pero eso no sirve hoy en dia ya que son otra generacion muy diferente de Cristal con cualquier apretura se quiebran y uno como padre aunque este grande casado el hijo siempre estaremos ahi como padres. bueno no queda de otra que amarrar acuerdos pero sigue siendo difícil por ser padres y hacer un plan familiar eso ay que tomar urgentemente ese plan con propósito y astucia para saberlos llevar a mejor puerto. y seguir direccionándolos solo eso creo yo ayudarles a eso ok gracias. Padres preocupados y a veces impotencia y mucha tristeza por su abandono asia el hogar y a sus padres.

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