Trastorno alimentario

CÓMO DETECTAR TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA) EN ADOLESCENTES

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) constituyen hoy en día la tercera enfermedad crónica más frecuente en mujeres adolescentes, aunque el número de varones afectados por ellos está aumentando exponencialmente en los últimos años. Todos queremos que nuestros adolescentes sean personas activas y tengan un estilo de vida saludable, lo que hace en ocasiones que sea difícil detectar el trastorno en su origen. ¿Podemos saber dónde está el límite entre una vida saludable y un TCA en la adolescencia?

Para responder a esta pregunta, me gustaría hacer un repaso sobre los factores que pueden propiciar la aparición de TCAs y cómo prevenirlos.

FACTORES DE RIESGO PARA LOS TCA

Los trastornos alimentarios son enfermedades multifactoriales, en cuyo origen intervienen factores socioculturales, las influencias del entorno cercano y características individuales. Por esta razón, no se puede hablar tanto de causas de los TCA como de factores de riesgo: aquellos que, individualmente o combinados, pueden favorecer la aparición de un trastorno.

Factores socioculturales en el desarrollo de TCA

Internet, las redes sociales… Muestran unos estereotipos de belleza imposibles de alcanzar. No ayudan, desde luego, pero la realidad es que estos medios son solo un reflejo de la cultura de la dieta y la idealización sociocultural de la delgadez: se asocia el peso elevado con un fracaso social y personal (pues según esta idea, las personas están gordas por su glotonería, bajo autocontrol o pereza). Íntimamente ligada a esta gordofobia encontramos la peligrosa idea de que el cuerpo se puede moldear a voluntad.Adolescente perfeccionista

Además, en determinados momentos del año, como el verano y sus meses previos, el riesgo de desarrollar en un TCA (o de sufrir una recaída, o de que se agrave la sintomatología) aumenta, a causa de los estereotipos sociales: la famosa “operación bikini” y la focalización en el propio cuerpo, tan frecuentes cuando comienza el calor, son a menudo el inicio de dietas restrictivas y un desencadenante de trastornos alimentarios en chicas que ya eran vulnerables a ellos.

Si ves que tu adolescente muestra mucha admiración por el “cuerpo diez” que se presenta en estos medios, te propongo que tengas una conversación acerca de cómo se toman las fotografías, los retoques… Porque todo no es lo que parece, y tu adolescente debería tenerlo presente.

Mención aparte merecen algunas páginas web y grupos de WhatsApp, Telegram, etc. donde se hace apología de los TCA, y las chicas se dan consejos para perder peso de forma rápida, vomitar sin que se entere su entorno… Funcionan como un grupo urbano, tienen un vocabulario específico y unos códigos de conducta y sí son realmente peligrosos. Si sospechas que tu hija está en uno de ellos, pide ayuda inmediatamente.

Factores individuales en el desarrollo de TCA

Aunque en los últimos años se están detectando TCA en personas con diferentes perfiles individuales y sociales, en los años 90 del siglo XX se establecieron unos factores personales de riesgo que siguen vigentes.

¿Influye la genética? Se ha hablado mucho de la base genética en los TCA (está demostrado que cuando la madre ha padecido un TCA, la hija tiene más probabilidades de padecerlo), pero no se sabe si se debe realmente a los genes o a la personalidad y estilo de crianza maternos. Es algo muy difícil de estudiar y, de momento, no hay conclusiones al respecto.

 

Trastorno alimentario

Sí se sabe que las personas con TCA son a menudo personas perfeccionistas, inflexibles y con baja autoestima.

El perfeccionismo es una característica de la personalidad que hace que los objetivos personales sean elevados, las preocupaciones acerca de los posibles errores generen gran ansiedad y que la conducta esté excesivamente dirigida por el resultado (tanto en la consecución de objetivos como en el no intentar actividades en las que se tema no alcanzar la excelencia). Las personas perfeccionistas suelen ser inflexibles, pues cuando no alcanzan sus objetivos, tienden a achacarlo a sus propias capacidades personales, lo que provoca a menudo un profundo malestar.

El perfeccionismo se asocia al desarrollo y mantenimiento de los TCA, pues puede conducir a la persona al deseo de un cuerpo perfecto y a seguir durante largo tiempo conductas propias de los trastornos alimentarios aunque provoquen sufrimiento.

La baja autoestima es una característica personal que se construye socialmente, por lo que hablamos de ella en el siguiente punto.

Factores interpersonales en el desarrollo de TCA
  • La familia

La familia es el primer lugar de socialización, y uno de los más relevantes en la construcción de la personalidad. Por eso, el modelo familiar puede predisponer a o, al contrario, proteger de los TCA.

Se ha asociado la presencia de TCA a familias con un estilo educativo estricto y autoritario, donde hay grandes expectativas sobre los hijos, no se expresan las emociones y se evitan los conflictos, aunque también a estilos parentales permisivos en los que no hay un liderazgo claro.

Es decir: cuanto más democrático es el estilo familiar, mayor protección contra los trastornos alimentarios.

Las personas adolescentes están en busca de su propia identidad. Y cuando no hay una guía clara, o por el contrario esta es excesivamente rígida; cuando sienten que no pueden expresar sus propios puntos de vista, y que los errores son motivo de castigo, les es mucho más difícil aceptarse, quererse y desarrollar una sana autoestima.

 

En estas ocasiones, el TCA parece ser la manera en que estas jóvenes construyen su propia “identidad”: una peligrosa manera de autoafirmarse.

  • La escuela y las amistades

La escuela y unas amistades mal entendidas pueden ser un lugar donde se fragüe una baja autoestima. Apodos que de manera directa o indirecta se refieren al cuerpo de las personas, episodios de bulling (muy frecuentes en niños y niñas con más peso), sentimiento de que hay que cumplir con los cánones sociales de belleza para tener la aprobación del grupo de iguales… Son capas que se van sumando para crear dudas sobre el propio cuerpo y el propio yo, y que pueden llevar a desarrollar trastornos psicológicos.

¿SE PUEDEN EVITAR LOS TCA?

Los estudios sobre TCA están trabajando mucho en la prevención, pero mientras la sociedad no cambie, será difícil llegar a decir que los TCA son evitables.

 

Sí podemos, desde nuestro rol de educadores, ayudar a nuestros adolescentes a construir una personalidad que les haga menos vulnerables a padecerlos.

Algunos consejos en este sentido serían:

Ayuda a tu adolescente a desarrollar una autoestima saludable:

Hazle saber que es una persona valiosa por sí misma, que sus opiniones son importantes para ti. Si quieres saber más sobre autoestima en la adolescencia, puedes repasar este directo

Sé una madre presente.

Aunque tu adolescente prefiera a sus amistades, sigue necesitándote y debe saber que estás ahí para ayudar cuando sea necesario. Que tu puerta siempre esté abierta para charlar, aunque acabéis de discutir (o sobre todo, cuando acabéis de discutir).

Sé flexible,

para que tus hijos también lo sean. Flexibilidad no significa renunciar a tu papel ni perder autoridad: significa saber escuchar y comprender que no pasa nada si algunas cosas no se hacen a nuestra manera.

Ayúdale a establecer una relación sana con la comida:

Comiendo en familia siempre que sea posible, confiando en sus sensaciones de hambre y saciedad y no usando la comida como premio ni como castigo.

No hagas comentarios sobre el peso de nadie (tampoco sobre el tuyo).

Cuando tus hijos los hagan, explícales que todos los cuerpos son diferentes y que todos merecen respeto.

¿ES TCA O SOLO QUIERE “COMER BIEN”?

Si crees que tu adolescente sufre un TCA, no esperes y pide ayuda. En España hay varias asociaciones que pueden ayudarte a saber si debes acudir al médico. Te recomiendo que te pases por la web de Proyecto Princesas, donde tienes muchos artículos y un listado de asociaciones que te pueden ayudar.

Hay muchos TCAs diferentes y cada uno tiene unas características específicas, pero estos son algunos de los síntomas que cita la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia y que te pueden hacer sospechar un TCA:

• Adelgazamiento rápido en poco tiempo sin causa médica justificada
• Ir al baño inmediatamente después de las comidas o con mucha frecuencia
• Interés obsesivo por la comida y las calorías ingeridas
• Práctica excesiva de ejercicio físico
• Rituales extraños con la comida (como trocearla en exceso o comer muy rápido o muy despacio)
• Miedo y rechazo exagerado al sobrepeso
• Intentos de esconder el cuerpo con ropa ancha
• Sentimiento de culpa por haber comido
• Encontrar comida o restos de comida escondidos
• Alteración del rendimiento académico
• Aparición de mentiras

Y recuerda: ser padre, ser madre, no es fácil. Si leyendo este post has pensado que tu adolescente está en riesgo, no te culpes: no podemos controlarlo todo ni podemos proteger a nuestros hijos e hijas de todos los peligros. Lo que sí que podemos hacer es darles alas sin bajar la guardia y conservando las vías de comunicación siempre abiertas.

¿Hablas abiertamente de la dictadura del bikini y de los TCA en casa? ¿Cómo lo haces? Me encantará leerte.

 

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