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La adolescencia no es una crisis sino una inmensa oportunidad.
Descerebrados. Esa es la palabra que más he escuchado para hablar de los adolescentes. Y eso dice mucho de las nefastas expectativas que tiene la sociedad sobre ellos. Sin embargo, los estudios que se han llevado a cabo desde los años 90 indican que la adolescencia no es una enfermedad que se cura con los años, sino una inmensa oportunidad de aprendizaje.
200.000 años de evolución no pueden estar equivocados.
Durante un tiempo creyó que la adolescencia era una construcción cultural, algo que “nos habíamos inventado” para prolongar la etapa de aprendizaje y liberar a los niños de responsabilidades laborales.
Sin embargo, en los últimos años se ha demostrado que la adolescencia es una etapa biológica, pues se da con características similares en culturas muy diferentes.
Y esto es muy relevante: si somos el fruto de millones de años de evolución, no tiene lógica que en una etapa de nuestra vida nuestra conducta sea totalmente disfuncional. Esas actitudes adolescentes que tanto nos ofuscan tienen que responder a una razón evolutiva.
El difícil equilibrio entre riesgo y recompensa
Y así es: la realidad que muestran los últimos estudios es que la adolescencia es crucial para la supervivencia de nuestra especie: es la época en que el niño debe dar paso al adulto.
Ese salto al vacío que supone abandonar el nido para crear uno nuevo requiere dos componentes: una marcada preferencia por la compañía de otros adolescentes (los adultos somos el pasado, el símbolo de esa niñez de la que quieren salir) y una gran dosis de valor.
Y eso son los adolescentes: personas que asumen riesgos. Nos da miedo, pero, evolutivamente, esta capacidad es valiosísima: sin ella, la especie humana probablemente se habría extinguido hace tiempo.
¿Y no se arriesgan demasiado? A veces sí, ya lo sabes (si estás preocupada por este tema, puedes ir al episodio 55 de mi podcast). Lo curioso es que se ha demostrado que el cerebro adolescente es perfectamente capaz de evaluar riesgos, pero que es mucho más sensible a la recompensa inmediata y que, ante ella, se arriesgará mucho más que el adulto.
Esa recompensa, a menudo, es el reconocimiento social: la admiración de sus pares. Por eso muchos de nuestros jóvenes se comportan de forma tan diferente cuando están con los amigos y cuando están con nosotros: es superior a ellos. No lo pueden evitar.
La posibilidad de cambiar
La buena noticia es que ese mismo cerebro que los lleva a pisar a fondo el acelerador es capaz de remodelarse y adaptarse, de aprender a una velocidad inigualable y de desarrollar ideas novedosas, como afirma Adriana Galván (puedes verla en esta charla TED; está en inglés pero se puede subtitular en español).
Más adelante, cuando esté completamente maduro, las decisiones serán más serenas, sí, pero los aprendizajes se harán más lentamente.
Y esto es algo que los adolescentes deberían saber, ya que muchos de ellos, llevados por algunas malas experiencias, creen que “no pueden cambiar”. Pues bien: la ciencia y la experiencia nos dicen otra cosa, y esto puede ser un gran alivio.
Lo que puedes hacer tú
Como padres y educadores, debemos tener presentes estos conocimientos científicos para guiar a nuestros adolescentes. La tarea no es fácil: darles las alas que su desarrollo necesita, pero supervisándolos para que sus decisiones no les jueguen malas pasadas.
Es nuestro deber ayudarles a encontrar su pasión para que puedan desarrollar su talento. Conocerlos, saber lo que se les da bien y acompañarlos desde ahí en la búsqueda de su propio camino, aprovechando esta maravillosa oportunidad que nos da la adolescencia.
¿Entiendes ahora por qué la adolescencia no es una crisis sino una inmensa oportunidad?
Por Ana Paradela
6 comentarios. Dejar nuevo
Brutal la frase: una tremenda oportunidad. Me encanta!!
Muchas gracias por tu comentario, realmente transformador este cambio de mentalidad
Solo agradezco haberte encontrado porque gracias a todas tus charlas, seminarios, postcast, recomendaciones etc… he aprendido a comunicarme, entender, aceptar pero sobe todo disfrutar mas de esta etapa en que esta mi hijo.
Holaa..Gracias por la informacion que me a ayudado a entender a mi adolescente. Me falta lograr poner limites, pero vamos mejorando y los conflictos han disminuido. Garcis, gracias, gracias por todo lo que nos aportas para ayudarlos. Saludos
Me hace muy feliz saber que estos posts os ayudan. Muchas gracias por compartir tus impresiones. Un abrazo.
Recien comienzo a seguirte y ya me ayudaste,soy madre añeja y me cuesta el adolecente hoy.Los mayores eran diferentes