Adolescencia es una miniserie británica original de Netflix que ha capturado la atención de críticos y espectadores desde su estreno en marzo de 2025. Escrita por Jack Thorne (Enola Holmes, His Dark Materials) y protagonizada por Stephen Graham (Line of Duty, Boiling Point), esta ficción va mucho más allá del drama juvenil convencional: se adentra de forma cruda y realista en los desafíos que enfrentan los adolescentes de hoy.
La historia gira en torno a Jamie Miller, un chico de 13 años que es arrestado bajo la sospecha de haber asesinado a una compañera de clase. A partir de ese momento, la serie nos sumerge en una narrativa intensa y emocional, donde se exploran temas como el bullying, la masculinidad tóxica, la presión social, la salud mental adolescente y la influencia peligrosa de las subculturas online como los “incel”.
Cada episodio está rodado en una sola toma continua (plano secuencia), una decisión técnica audaz que logra transmitir al espectador una sensación de urgencia, inmediatez e inmersión total en la historia. No hay cortes, no hay pausas: estás allí, viviendo cada segundo con los personajes.
Además de Stephen Graham en el papel del padre, la serie cuenta con la participación de Ashley Walters, Erin Doherty y el joven Owen Cooper, quien debuta en el rol protagónico con una actuación que ha sido elogiada como conmovedora y desgarradora.
Adolescencia no solo ha generado conversación por su calidad artística, sino por el impacto emocional que tiene en padres y profesores. Ha sido descrita como “una obra necesaria”, “una experiencia incómoda pero vital” y “una serie que todo padre debería ver”.

Índice del contenido
¿Por qué ver Adolescencia? Temas clave que impactan a las familias.
Adolescencia no es solo una serie para pasar el rato: es una obra que sacude, interpela y deja huella. Lo que la convierte en imprescindible es su capacidad de abordar, con crudeza y sensibilidad, temas universales que afectan directamente a familias, padres y adolescentes en la actualidad.
Uno de los ejes centrales es la masculinidad en crisis. La serie expone cómo los adolescentes varones, como Jamie, lidian con presiones sociales que los empujan a reprimir emociones, a demostrar fuerza, a buscar validación en espacios tóxicos, como ciertas comunidades online. Esta exploración invita a las familias a cuestionar qué mensajes están transmitiendo sobre lo que significa “ser hombre”.
El bullying y la violencia escolar son otro punto clave. Adolescencia muestra cómo el acoso no termina al salir del aula: se extiende a través de las redes sociales, afectando profundamente la salud mental juvenil. La serie visibiliza el impacto devastador de la exclusión, el miedo y la humillación, tanto en las víctimas como en quienes lo presencian.
También toca temas urgentes como la sexualidad adolescente, el consentimiento, la relación entre padres e hijos, y la responsabilidad de la escuela en la formación emocional. Todo esto se presenta en una narrativa íntima y tensa que obliga al espectador a preguntarse: ¿estamos prestando suficiente atención a lo que sienten y viven nuestros hijos?
En mi opinión, Adolescencia no busca culpas, sino abrir los ojos. Verla puede ser el primer paso para establecer un diálogo honesto y necesario.
Al mismo tiempo, me gustaría dejar claro que la idea no es meter miedo a las familias que puedan pensar que sus hijos son potenciales asesinos… ni mucho menos. En ese sentido, la serie ha llevado al extremo una situación que solo sucede en casos muy aislados. Lo que la serie pone sobre la mesa es que la violencia de cualquier tipo (verbal, bullying, cyberacoso…), cuando se normaliza o no se canaliza, puede brotar en cualquier entorno, incluso en aquellos donde “todo parece estar bien”.
Sexualidad, consentimiento y cultura incel: lo que Adolescencia enseña.
Uno de los aspectos más potentes y perturbadores de Adolescencia es su enfoque honesto sobre la sexualidad adolescente y los discursos peligrosos que circulan entre jóvenes, especialmente varones, en internet. A través de Jamie, la serie muestra cómo la falta de educación afectiva y sexual, sumada al aislamiento emocional, puede empujar a un adolescente hacia espacios virtuales tóxicos, como las comunidades “incel”.
¿Qué es la cultura incel?
“Incel” significa “célibe involuntario” y se refiere a grupos online de hombres que sienten frustración por no tener relaciones sexuales y culpan a las mujeres por ello. Esta subcultura promueve ideas de odio, misoginia y violencia, y puede atraer a jóvenes vulnerables que buscan sentido de pertenencia o respuestas a sus inseguridades.
Lo que enseña la serie
Adolescencia visibiliza cómo muchos adolescentes carecen de información clara y sana sobre sexualidad y consentimiento, y cómo eso puede generar confusión, culpa, rabia y conductas dañinas. La serie no justifica, pero sí muestra cómo el silencio de los adultos y la desinformación pueden dejar a los jóvenes a merced de discursos extremistas.
Una oportunidad para educar
La serie invita a las familias y escuelas a hablar abiertamente de relaciones sanas, respeto, deseo, límites y consentimiento. Enseñar a los adolescentes a identificar discursos peligrosos, cuestionar estereotipos y construir relaciones desde el respeto mutuo es clave para prevenir conductas dañinas y fomentar una sexualidad responsable.
Adolescencia no solo alerta, también propone: hablemos antes de que internet lo haga por nosotros.
El miedo de los padres: ¿realmente conocemos a nuestros hijos?
Una de las preguntas más inquietantes que plantea Adolescencia es si los padres conocen de verdad a sus hijos. La serie muestra cómo Jamie, un chico aparentemente normal, guarda emociones, miedos y vivencias que sus padres no alcanzan a ver. Esto genera un miedo profundo y real en muchos adultos: el temor a estar presentes físicamente, pero ausentes emocionalmente.
En la vorágine del día a día, es fácil pensar que todo está bien si no hay señales visibles de problemas. Pero Adolescencia deja claro que muchos adolescentes sufren en silencio, atrapados entre la presión de encajar, el miedo al rechazo y la falta de herramientas para expresarse.
Este miedo —a no haber escuchado lo suficiente, a no haber preguntado lo correcto, a no haber estado atentos— puede ser paralizante, pero también puede ser transformador. La serie no busca culpar, sino generar conciencia: invita a los padres a revisar sus formas de comunicación, a mirar más allá de lo evidente y a construir vínculos donde el diálogo y la empatía sean prioritarios.
Conocer a un hijo no es solo saber sus gustos o sus notas; es entender lo que siente, lo que calla, lo que sueña. Adolescencia nos recuerda que nunca es tarde para empezar a escuchar de verdad.
Opiniones y críticas de la serie Adolescencia: ¿vale la pena verla?
Desde su estreno, Adolescencia se ha convertido en una de las series más comentadas de Netflix en 2025, recibiendo elogios por parte de la crítica especializada y del público. En Rotten Tomatoes, la miniserie alcanza un impresionante 99% de aprobación, mientras que en Metacritic obtiene una calificación de 90 sobre 100, con el sello de “aclamación universal”.
Críticos destacan su guion valiente y comprometido, que aborda sin tapujos temas como la masculinidad tóxica, el bullying, la salud mental y la influencia de las redes sociales en los jóvenes. La técnica de filmar cada episodio en una sola toma continua también ha sido aplaudida por su capacidad de generar tensión, intimidad y realismo.
Sí, es cierto que algunos psiquiatras y profesionales de la salud mental han expresado preocupaciones sobre el impacto emocional que Adolescencia puede tener en ciertos espectadores, especialmente en padres y personas sensibles. La serie, por su temática intensa y su estilo inmersivo, no escatima en mostrar el dolor, la angustia y la oscuridad que pueden habitar en la adolescencia moderna. Y esto puede ser desgarrador de ver.
¿Vale la pena verla? Para mí, sí. OJO, no es una serie cómoda ni ligera, pero es necesaria. Adolescencia es más que una historia: es una experiencia que invita a la reflexión y al diálogo familiar. Si buscas una serie que no solo entretenga, sino que también cuestione y transforme, esta es una apuesta segura.
Verla puede ser el primer paso para entender mejor el mundo emocional de los adolescentes y los desafíos que enfrentan a diario.
¿Cómo hablar de esta serie con adolescentes? Guía para padres y educadores.
Adolescencia es una serie intensa que puede generar muchas emociones en los jóvenes: incomodidad, tristeza, identificación o incluso rechazo. Aunque considero que el mensaje de la serie va dirigido a los adultos, aquí te dejo algunas claves para usar la serie, sin imponer, como puente para dialogar con respeto y empatía con tu adolescente.
1. Elige el momento adecuado
No fuerces la conversación justo al terminar un episodio. A veces es mejor dejar que el adolescente procese lo que ha visto y retomar el tema más adelante. Busca un momento tranquilo, sin distracciones, y donde ambos puedan hablar con libertad.
2. Haz preguntas abiertas, no interrogatorios
En lugar de “¿Te pasa algo como lo de Jamie?”, prueba con:
– “¿Qué te pareció la historia?”
– “¿Crees que cosas así pasan en la vida real?”
– “¿Cómo crees que se sintió Jamie en esa escena?”
Esto permite que expresen su visión sin sentirse juzgados.
3. Escucha más de lo que hablas
A veces los adolescentes no necesitan consejos, sino sentirse escuchados sin interrupciones. Valida sus emociones, incluso si no las entiendes del todo.
4. Comparte, no impongas
Puedes compartir tus reflexiones personales: “A mí me impactó esa escena porque…” Eso abre la puerta a un diálogo más igualitario.
5. Ofrece apoyo, no soluciones forzadas
Si detectas que la serie removió algo profundo, ofrece apoyo sin presionar: “Si alguna vez te pasa algo parecido, quiero que sepas que estoy para vos.”
Como digo, la serie va dirigida a los adultos más que a los jóvenes y no todos necesitan verla ni les apetece, y eso también está bien.
Y tú, ¿has visto ya la serie? ¿Qué te ha parecido? Te leemos en comentarios, pero por favor, evita hacer Spoiler.
Y recuerda que tienes a tu disposición mi guía «Quiero entenderte» donde te comparto los retos que afrontan nuestros adolescentes en su día a día y cómo acompañarlos sin perderte nada.
2 comentarios. Dejar nuevo
Muchas gracias por tu opinión, nosotros ya la vimos y nos pareció fuerte y cruda, lo que están viviendo nuestros adolescentes es total mente diferente a nuestra adolescencia, es una oportunidad de poder abrir un tipo de conversación en este aspecto, lo que no estamos seguros es si nuestra adolescente la deba ver, tiene 14 años, Gracias
Un fin de semana antes de ver la Serie, cuestione a mi hijo y nuera, sobre qué tanto conocen a mi nieto y a lo que pasa en la Escuela Secundaria a la que asiste, en especial con el profesor de Biología. Validaban las actitudes de los chicos de haber revisado el perfil de FB Del profesor y «validaban la forma de defenderse» de parte de los chicos contra un profesor muy estricto.
ADOLESCENCIA, me impactó de una u otra manera mis argumentos eran, lo que estás comentando en estás líneas. No sé trata de dar tiempo, oír más no escuchar. Sé trata de acercarte y saber que siente, qué quiere, qué necesita mi hijo, así cómo apoyar en la gestión de visiones y formas de construir diálogo con el profesor (en este momento en particular) pero también aprender a manejar mis emociones, aprender a expresarlas y construir mejores relaciones.
Mil gracias por tanto que aportas.