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El sentimiento de culpa en una madre: cinco consejos para acabar con él

Las madres se sienten culpables. Los hijos, el trabajo, la casa, las amistades, las aficiones, la pareja, las exigencias sociales… Prácticamente todo en la vida de una madre puede hacerle sentir culpa. Y sí, hablamos de madres porque este sentimiento es muchísimo más común entre las mujeres que entre los hombres. ¿Qué puede hacer una madre para liberarse del sentimiento de culpa?

Se va hablando cada vez más de la culpa en madres con niños muy pequeños, en edad de elegir si quedarse en casa o seguir trabajando, que sienten que “sacrifican” el tiempo con los hijos cuando quieren salir con sus amigas o, simplemente, leer tranquilamente un libro.

¿Qué pasa, entonces, con las madres de adolescentes? Pues sucede que, aunque se diga menos, también sienten culpa a menudo; de hecho, hasta las madres con hijos adultos la sienten. 

Cuando se habla de culpa, no hay que olvidar que, en la moral cristiana, esta se asocia a la idea de “falta”. ¿Por qué, entonces, si la mayoría de las madres cumplen su cometido con creces, se sienten culpables? ¿Qué sucede en nuestra sociedad para que la madre culpable sea un personaje tan común? ¿Qué es lo que las madres “hacen mal” que les hace sentir culpables?

Más allá de las raíces de la culpa, en el hecho de sentirse culpable como madre hay un problema grave. Y es que la culpa paraliza. Por eso urge liberarse de ella, porque es necesario que toda esa energía negativa desaparezca o, si es necesario, que se transforme en algo positivo. Algo que mejore la maternidad.

Hacer de la culpa un trampolín: suena bien. ¿Te apuntas a saber cómo?

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La culpa en la maternidad está más extendida de lo que pensamos

Sentimiento de culpa en las madres con hijos adolescentes

Un hijo adolescente no necesita nanas infinitas para dormir, ni va a despertarte porque quiere agua. De hecho, un hijo adolescente pasa poco tiempo en casa, lo que, a primera vista, parecería liberador para las madres (más tiempo para ellas, para sus hobbies, para salir). 

Y, sin embargo, no es así. 

¿Por qué se siente culpable la madre de un adolescente?

Por sorprendente que parezca, las madres de adolescentes se sienten culpables de que sus hijos se comporten como corresponde a chicos y chicas adolescentes. 

Suena extraño, pero es así. Algunas fuentes de culpabilidad de las madres de adolescentes son que los hijos:

  • Prefieren a los amigos.
  • No les cuentan sus cosas. 
  • Sacan malas notas o tienen comportamientos disruptivos en el aula.
  • No cumplen con sus tareas en casa.

De casi todas estas actitudes hemos ido hablando en diferentes entradas de este blog y, en definitiva, podríamos decir que se deben, esencialmente, a dos razones (aquí tienes una explicación más detallada sobre el desarrollo del cerebro adolescente):

  1. Que el cerebro adolescente tiene un programa muy específico: la individuación, es decir, la separación psicológica con respecto a la familia, y la independencia.
  2. Que el neocórtex, la zona del cerebro que controla los impulsos, está inmaduro aún, lo que les hace ser impulsivos.

¿Por qué, entonces, el sentimiento de culpa? ¿Quién en su sano juicio sentiría como un fracaso que su hijo se comporte como lo que es, un adolescente? Pues la misma persona que se sentía mal porque no dormía del tirón con seis meses o porque no caminaba con doce. 

La culpa aparece, sobre todo, en las madres que ponen sobre sus hijos unas expectativas que no son reales.

Por eso en nuestro Taller CONFÍA  te acompañamos en el desarrollo de tu propia seguridad. Para que conozcas cómo liberarte de estas creencias heredadas en la maternidad y puedas relacionarte con tu hijo adolescente de una forma más relajada y libre.

La raíz de la culpa en las madres de adolescentes

Decir que las madres tienen expectativas poco realistas sobre el desarrollo de los hijos no es mentira, pero es culpabilizarlas  de nuevo. Y es que la raíz de la culpa es mucho más compleja, no se limita a las expectativas personales. 

Los factores que crean las expectativas desviadas y la culpa materna son:

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¿Por qué nos sentimos culpables?
  • Las expectativas sociales

Sí, es la sociedad la que dicta que un chico o chica de 15 años debería saber controlar sus altibajos de humor (una expectativa irreal). Y es la sociedad la que culpa a la madre si no sabe hacerlo. 

Porque la sociedad occidental considera a las madres como las responsables directas del comportamiento de los hijos.

  • El pesimismo educativo 

La educación tradicional es pesimista porque se basa en el conductismo, es decir, en la idea de que hay que corregir las conductas. 

El problema de este tipo de educación es que es muy cortoplacista, mientras que otros modelos más democráticos trabajan sobre el largo plazo. Por eso, en el modelo conductista, se considera que si un adolescente no es capaz de, por ejemplo, contenerse para no responder mal, significa que su educación ha fallado (otras perspectivas, sin embargo, consideran que es normal que no pueda contenerse en determinados momentos, y que habría que trabajar sobre ello). 

  • El exceso de información

Tener tanta información a un solo golpe de clic puede llegar a resultar abrumador: artículos que se contradicen unos a otros, recetas imposibles de seguir… 

Es necesario, para deshacerse de la culpa, tener claro que la información hay que adaptarla a la realidad de la propia familia, al aquí y al ahora de cada cual. 

  • La soledad

La soledad no causa de la culpa, pero la culpa se alimenta de soledad. Una mujer bien acompañada, que verdaderamente tenga, como se suele decir, una tribu detrás en todas las etapas de su maternidad, es una mujer más libre de culpa, porque es una mujer que se siente comprendida y sostenida.

Cinco consejos para acabar con el sentimiento de culpa de una madre.

Por suerte, es posible liberarse de la culpa.

Porque la culpa es ante todo un hábito de pensamiento. Dejar la culpa atrás supone romper esa inercia, salir de ella, combatirla… Cambiar la idea de culpa, que paraliza, por la de responsabilidad, que impulsa a la acción

Pero para ello es necesario que:

Seas consciente.

Debes tener muy claro de dónde viene la sensación de culpa y, sobre todo, si es por un hecho que podría mejorarse (“he gritado a mi hijo adolescente”) o si se trata de algo que, en realidad, depende de otros factores (“mi hijo adolescente lleva una ropa inadecuada a la boda de mi hermano”).

Porque la forma de abordarlo será muy diferente; de hecho, en el segundo caso quizá habría que asumir que parte de la responsabilidad es de tu hijo, y actuar en consecuencia.

Te anticipes a la culpa.

Una vez que has detectado los resortes de la culpa, tendrías que intentar cambiar la circunstancia que la rodea; en el ejemplo anterior, se trataría de saber en qué momentos te sale más fácilmente el grito, y evitar, por ejemplo, tratar temas sensibles cuando estás en un estado de mayor susceptibilidad: si al llegar del trabajo estás cansada y necesitas unos minutos, es mejor que no preguntes enseguida por los deberes.

Escoger cómo quieres actuar como madre.

Esto es muy importante. Estamos bombardeadas de información, así que es tu trabajo filtrarla y saber cuál es la madre que quieres ser. Y a partir de ahí, formarte y trabajarte desde la certeza de que estás haciendo lo que mejor se corresponde con tus necesidades y con las de tu hijo adolescente.

Solo cuando te sientas cómoda en un estilo de crianza que se corresponda contigo serás capaz de eliminar la culpa

Conoce a tu hijo.

En ocasiones las madres tienen una idea de la adolescencia que no se corresponde con su hijo verdadero, pero no son conscientes de ello. 

Mira a tu hijo, entiéndelo, conócelo, háblale, interésate por él.

Y conoce también la adolescencia, que es una etapa muy mal comprendida. Lee, fórmate, y piensa cómo aplica todo ello a tu hijo, a tu familia. 

Porque los padres y madres formados tienen menos dificultades con la educación de los hijos.

Y ten claro que cuanto más conozcas a tu hijo adolescente más fácil te será educarlo sin culpa.

Rodearte de gente que tenga la misma idea de la educación que tú.

Está cada vez más claro que la maternidad en la primera infancia necesita de un grupo de sostén y apoyo, una tribu; pues bien, en la adolescencia, aunque se dice menos, esta necesidad se multiplica. 

El tener un sostén, alguien que entienda tus principios y tus necesidades, es fundamental para eliminar la culpa.

Por eso, ya lo sabes, nació Adolescencia Positiva. Para acompañarte, apoyarte y ayudarte a disfrutar del difícil reto de maternar adolescentes. 

Dime, ¿cómo llevas tú la culpa?

Antes de que me respondas, te dejo un bonus por aquí. Si te sientes culpable porque tu hijo adolescente te ha dicho que te odia, entonces no dejes de ver este vídeo… 

14 comentarios. Dejar nuevo

  • Mi hijo está pensando en irse a vivir con su padre por las peleas y discusiones

    Responder
  • Andrea Contreras
    noviembre 14, 2022 3:26 pm

    Mi hijo también me amenaza de irse a vivir con su padre porque siente que yo lo abrumo mucho con las reglas y bueno su papá no…

    Responder
  • Yo siempre me preguntó en los momentos de discusión. Que habré hecho mal!!!!. Me siento culpable de las malas actitudes de mi hijo

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  • Siempre lees en mi interior, me identifico. Pero tengo ya tanto rencor hacia ella, que me cae mal y no consigo no defenderme de sus ataques.
    Siento que no soy capaz de hacerlo bien,… pese a todo lo que aprendo…
    Me siento desesperanzada, por mi hija y por mí.

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  • Claudia Viviana
    noviembre 16, 2022 10:34 am

    Hola Diana te doy las gracias por ayudar a tantos padres con adolescentes. Desde que sigo tus consejos y leo todo lo que publicas siento como yo misma he mejorado con mi hijo ya que me exaltaba mucho todos los días por su comportamiento y si se rompía algo por accidente yo me ponía furiosa, ahora trato de controlar mis emociones, más bien aconsejarle para que no le pase otra vez, y ha mejorado mucho nuestra relación madre-hijo. Soy madre sola y sólo tengo tú apoyo. Te mando un abrazo desde Argentina

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  • Un placer poder apoyarme en tus enseñanzas,me aportan mucha luz y resistencia para afrontar situaciones «no tan deseables» dentro de la crianza y del día a dia con mis adolescentes…..son 2 y,estoy sola también.
    GRACIAS.

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  • Yo siento que estoy más relajado desde que te sigo. Y mi relación con mi hija ha mejorado muchísimo. Me has ayudado a quitarme culpa, a controlar la expresión de mis emociones y saber comunicarme con ella. Y las normas están más claras ne casa y las cumple habitualmente.

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  • Maria Eugenia Tidoni
    enero 10, 2023 3:06 am

    Hola! Que suerte que te encontré.Mi adolescente de 20años está superando el duelo por la muerte inesperada de su papá. Me siento muy sola y muy abatida. Tenían una excelente relación, pero para él todas las culpas recaen sobre mi. Sigo leyéndote y escuchando. Desde argentina. Un beso!

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    • Hola! Mi hijo va a cumplir 12 , estoy sola trabajo , me ocupo de la casa de sus necesidades y siempre estoy intentando compartir con el todo el tiempo que puedo pero que pasa cuando un día después de muchos meses me apetece salir con mi amiga para despejarme y divertirme pero luego me siento fatal por haberlo hecho y no haberme quedado en casa con el , claro que el se queda con una persona pero no puedo sacarme esa culpa así que opte por no salir más , solo trabajar y estar con el . Si alguien me puede dar su opinión les agradezco!

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  • Con frecuencia me siento muy culpable, creo que mi carácter y en ocasiones lo que hago o digo, sembrarán dolor y trauma en el. La culpa fue mi compañera desde chiquitina. Fui muy manipulada emocionalmente, negándome a mí misma sistemáticamente para complacer.
    La soledad ha sido muy presente desde hace tiempo. Leo el artículo y me siento reconocida
    Tengo bastante formación porque he acompañado profesionalmente muchos niños y adolescentes. Mis amigas ensalzan mi forma de acompañar en muchos momentos. Pero nada de esto me sirve aquí.
    En este tema asoman las sombras de mi herida y mi carácter. Es duro. Mi tendencia es a vivir este infierno dentro. Y disimular para que no se vea y no afecte lo que sufro a mi hijo. Verdaderamente necesito trasformar estos hábitos y sanar heridas.

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