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Mi hijo quería un tatuaje y esto fue lo que le respondí
No es que no me gusten los tatuajes, o los piercings. Y sé bien que hoy por hoy tatuarse o hacerse piercings ya no es un acto rebelde, ni contracultural, ni marginal. Que casi un 40% de los españoles menores de 35 años llevan un tatuaje. Pero el día que mi adolescente me dijo que quería un tatuaje confieso que me bloqueé.
Porque una cosa es la teoría y otra el vivirlo en primera persona… Y en este caso, no fui capaz de disimular. Por suerte, tengo práctica en posponer las conversaciones difíciles, así que le solté un “luego hablamos” (mi adolescente jura que también se me escapó una mirada de espanto) y zanjé la discusión.
Lo que hice después fue salir a dar un paseo y recordarme a mí misma que mi adolescente es una persona bastante serena y que, de todas las conductas más o menos desafiantes que se le podían haber ocurrido, un tatuaje era lo de menos. Nadie estaba en peligro, no había ninguna emergencia y, desde luego, no se trataba de algo tan importante (¿qué lo es?) como para que me pudiera costar la complicidad y la buena relación que tenemos.
Y así, me preparé para una conversación en la que traté de no perder de vista sus razones, sus opiniones ni lo que sé sobre el desarrollo cerebral, pero tampoco el hecho de que ni los piercings ni los tatuajes son algo totalmente banal.
Porque un tatuaje es una marca de por vida (un piercing también; se puede quitar, pero muchas veces deja una cicatriz), y me preocupaba que, por desconocimiento o por la precipitación propia de la adolescencia, terminara haciendo algo que no está exento de riesgos y de lo que más adelante podía arrepentirse.
Hoy te voy a contar qué puedes hacer tú y cuál es la mejor respuesta que puedes darle a un adolescente que desea hacerse un piercing o un tatuaje.
Por qué los adolescentes quieren piercings y tatuajes
Como siempre, y en cuanto se te haya pasado el susto inicial, lo primero en educación es tratar de comprender. No solamente entender las razones de tu adolescente (eso vendrá después), sino aquello que subyace bajo ellas, sus motivaciones más profundas.
Para ello, es fundamental que conozcas cómo funciona su cerebro.
¿Por qué mi adolescente, de pronto, me dice que quiere un piercing o un tatuaje?
Mira a tu alrededor. Los piercings y tatuajes ya no son lo que hace unas décadas: se han convertido en una moda. Una moda que, en el caso de los tatuajes, es permanente y cara, pero ya no el signo de llevar una vida marginal. Los llevan mujeres y hombres de toda condición social, en todos los trabajos.
¿Puede que tu adolescente desee tatuarse solamente por moda? No diría esto exactamente, aunque tampoco lo descartaría. Lo que sucede, más bien, es que está entendiendo el tatuaje como una manera más de expresarse.
Porque su petición está relacionada con eso: con búsqueda, con su auto-expresión. Todo adolescente quiere, necesita explorar su identidad para convertirse en una persona adulta independiente de su grupo familiar de origen.
Cambiar de aficiones, de amistades, de estilo de ropa… Todo es la misma búsqueda, y un piercing o tatuaje no deja de ser un cambio estético más, otra forma de afirmarse. Evidentemente, ponerse un tipo determinado de ropa es diferente de tatuarse, pero el cerebro adolescente lo ve así: su corteza prefrontal aún no está totalmente desarrollada y, por tanto, no siempre es capaz de frenar sus impulsos o de dejarse llevar por una satisfacción más o menos inmediata.
Así las cosas, oponerte totalmente a que tu adolescente se tatúe o se haga un piercing es una mala opción. Tu adolescente lo percibirá no como el hecho aislado que es, sino como una oposición a sus ganas de explorar, a la persona en la que desea convertirse.
La respuesta ideal cuando tu adolescente dice que quiere un piercing o un tatuaje
Pero en este caso hay una respuesta perfecta. Esta no es ni un “claro, cariño, es tu cuerpo, haz lo que quieras” ni un “mientras vivas bajo mi techo no te tatuarás”. Es una respuesta educativa que se encuentra a la misma distancia de las dos anteriores.
La respuesta ideal cuando tu hijo te pide un tatuaje es: “vamos a informarnos y a hablar de ello”.
Es decir, hablar con tu hijo o hija sin olvidar los principios fundamentales de las conversaciones con adolescentes: escuchar, conectar, no juzgar.
Esta vez, además, tienes una ventaja: te lo ha contado. Tu adolescente confía en ti y en tu criterio, así que usa esa confianza a tu favor, pero con cuidado de no traicionarla. El cómo siga la conversación depende de muchas cosas, pero aquí te dejamos algunas pistas para que la puedas dirigir:
1. Pregúntale por qué y dónde lo quiere, y qué representa ese tatuaje o piercing
Además de las razones antes expuestas, algunos adolescentes se tatúan para marcar un momento importante de sus vidas, o como manera de sellar una amistad o un amor. Dependiendo del por qué, la ayuda que podrás brindarle será de un tipo o de otro.
2. Investigad sobre posibles riesgos asociados
Incluso realizados en las mejores condiciones de higiene, un piercing o un tatuaje pueden conllevar algunos riesgos, sobre todo infecciones y reacciones alérgicas.
Este hecho hace que sean poco recomendados cuando la persona tiene determinadas condiciones médicas (especialmente aquellas que causan deficiencias en el sistema inmunológico) o para cubrirse la cicatriz de una operación oncológica.
Es importante que busques, con tu adolescente, información actualizada sobre este tema, y que te asegures de que lo ha comprendido. No se trata de darle miedo, sino de ser muy realista.
3. Ayúdale a comprender qué significa exactamente que el tatuaje es permanente.
Los adolescentes son impulsivos. Por eso, el mayor miedo de las familias cuando nos dicen que quieren tatuajes es que luego se arrepientan.
Para minimizar ese riesgo, ayúdale a reflexionar sobre el significado de permanente, explícale que en determinados oficios los tatuajes deben ser discretos (no solamente en oficinas o en el ejército; dependiendo de la naturaleza y el lugar del tatuaje algunos actores son rechazados), que a veces sufren con los daños en la piel, que necesitan unos ciertos cuidados de por vida…
El piercing es diferente, pero en determinadas profesiones también le pueden pedir retirárselo (o puede dejar de apetecerle llevarlo) y en ocasiones deja una cicatriz visible.
4. Ofrécele alternativas
Si se trata de experimentar, quizá le tiente hacerse un tatuaje no permanente de henna (duran entre 10 y 20 días) o, dependiendo de la zona donde quiera hacerse el piercing, un pendiente con imán.
Verse de otro modo, con ese cambio que tanto desea, le ayudará a esperar para decidir si quiere dar un paso más o si solamente quiere experimentar sin llegar a algo definitivo.
Entonces, ¿permito que mi adolescente se haga un tatuaje o un piercing?
Como decíamos, la respuesta no es sencilla, pero sí deberías tener claro que un tatuaje no debe ser un obstáculo que se interponga en la relación que tienes con tu adolescente. Es decir, no hagas de este tema una lucha de poder.
Si, una vez que hayáis tenido esa conversación, tu adolescente sigue queriendo llevar adelante su idea, puedes hacer lo siguiente:
Aconséjale esperar
Como decíamos antes, el problema principal es la precipitación característica de la adolescencia, así que el mejor consejo es esperar un tiempo: unas semanas, unos meses incluso.
Si tu adolescente se resiste a esperar, trata de averiguar si está recibiendo presiones (de sus amistades, por ejemplo) y ayúdale a combatirlas. Recuerda que un adolescente con una autoestima sana se deja llevar menos por las opiniones de los otros.
Pon límites
Permitirle a tu hijo adolescente hacerse un tatuaje no significa aceptar cualquier cosa. Puedes ponerle límites a cuántos, a dónde y a qué se va a tatuar. Nuestro consejo es que lo haga en una zona discreta, que suela quedar cubierta por la ropa (esto le evitará problemas más adelante), y que se trate de un tatuaje pequeño.
Visitad juntos el lugar donde se lo va a hacer
Los piercings y tatuajes deben realizarse en espacios muy higiénicos: comprueba con él que cumplen determinada normativa de seguridad: que se emplean guantes, que las agujas son estériles y de un solo uso, que la persona se lava y desinfecta las manos antes de tocar a los clientes…
Y recuerda: por poco que te apetezca, si tu adolescente ha tomado la decisión de tatuarse o hacerse piercings, seguramente se los terminará haciendo. Así que lo más importante es que no entienda tu opinión como una limitación sino como una ayuda, y que comprenda el riesgo sanitario que existe, sobre todo si no se respetan unos mínimos de higiene en el local donde se lo haga.
Cuéntanos, ¿tu adolescente tiene piercings o tatuajes? ¿Cómo fue la conversación?
6 comentarios. Dejar nuevo
Hola Diana muchas gracias por este artículo que me viene como anillo al dedo. Mi hijo estudia fuera del país acaba de llegar y me ha contado lo del tatuaje incluso me preguntó si era el momento adecuado para hablar de eso y le dije que me disculpara que lo hablaríamos después porque en ese momento no estaba en condiciones de escucharlo porque tenía una situación Que no me permitía hacerlo a conciencia. Sé que el tema hay que abordarlo pero justamente en este momento viene de una ronda de antibióticos importante por un tema que tuvo en un pie debido a que futbolista entonces creo que eso es un argumento de peso para decirle que hay que esperar y tratar de tomar una pausa lo que espere hasta el verano para tomar cualquier decisión gracias por tu orientación
Mi hijo, con 17 años, al terminar el Camino de Santiago, decidió con sus amigos, tatuarse todos la concha de peregrino, para así recordar juntos los momentos vividos.
Menos mal, (Dios existe) que me llamó por teléfono y me consultó.
Y pude convercerle de que quizás no era buena idea
Posiblemente si la mayoría de adolescentes tuvieran el dinero para hacerse los pircings y los tatuajes , se los harían y más de uno/a no lo contaba a la madre/ padre. Podría ser que la mayoría si lo cuentan es para que le des una ayudita económica
Hola Diana, mi hija a cuatro meses de cumplir los 17, tenía guardado una cartita de su abuelo, y quería tatuarse el TE QUIERO del final de la carta. Algo pequeño y en sitio discreto, con un significado importante para ella. No hemos visto ningún problema en ello y ya lo tiene, feliz ella y el abuelo❤️
Nosotros tenemos tatuajes también, siempre le dije que cuando quisiers hacerlo debería ser mayor de edad y poder pagarlo tú, pero cuando lo planteó no vi problema en hacerlo. Piercings lleva desde los 14 varios en las orejas, si ya quiere algo como dilataciones o alguno en la cara debe esperar a ser más mayor y estar bien informada siempre. Y siempre siempre en un sitio de confianza.
Gracias siempre por tu luz, Diana. Mi hijo de 15 años estudia fuera y en la última vez que ha venido a casa se había puesto un piercing en la oreja. Le di mi opinión al respecto: no me gusta y además me parece peligroso el hecho ho de que se lo hicieran entre los compañeros del colegio, sin medidas de higiene. Le he dicho que, si quiere, lo lleve cuando salga con amigos pero ni en casa ni en el colegio. Qué difícil resulta, podremos con ello
Justo mi hija me ha hablado del tema, muy Importante la información lo tomaré como guía. Gracias