Tu hijo adolescente quiere salirse siempre con la suya

¿Tu hijo adolescente quiere salirse con la suya siempre? Déjame decirte algo…

Son las ocho, y Sonia acaba de llegar del trabajo. Solo piensa en cenar y disfrutar de un rato de paz, pero su hijo Pablo, de 15 años, no para de perseguirla por la casa, pidiéndole permiso para salir, aunque mañana tiene examen de Historia. 

La cosa acaba como imaginas: Sonia se enfada. Pablo da un portazo enfadado, gritando que nunca le deja hacer nada. Sonia se siente culpable. ¿Debería ser más flexible?, ¿será esto una etapa o se trata de un problema y tengo que intervenir? – se pregunta. Y adiós a la paz.

Cada persona es un mundo, pero ese comportamiento, esas ganas de salirse siempre con la suya sin tener en consideración a los demás son muy comunes entre adolescentes, en quienes la necesidad de independencia se combina con la idea de que “pueden hacer lo que quieran”. 

¿Se trata de simple rebeldía? En realidad no: aquí se combinan las necesidades psicológicas, culturales y sociales, aunque ello no significa que debas dejar a tu adolescente hacer lo que quiera en cualquier circunstancia. Y no, tampoco es siempre todo normal. En determinados casos (los menos comunes), puede ser síntoma de una patología.

Pero, si el problema no va más allá, con una buena dosis de comprensión y paciencia es posible gestionar a un adolescente que siempre quiere salirse con la suya. 

Tu hijo adolescente quiere salirse con la suya siempre
Con una buena dosis de comprensión y paciencia es posible gestionar a un adolescente que siempre quiere salirse con la suya.

¿Por qué los adolescentes siempre quieren salirse con la suya?

Quizá te parezca mentira, pero tu adolescente tiene algunas buenas razones para actuar así, y la principal es la de casi siempre: la transformación radical que está atravesando su cerebro y, con ella, su vida interior y su mundo social.

Si sientes que necesitas ayuda para aprender a gestionar estas situaciones con tu hijo adolescente, y ser una figura de referencia en casa, inscríbete en nuestro Taller FAMILIDER, donde te enseñaré cómo dejar de ser el ogro de la familia y comenzar a liderarla desde la disciplina y el amor a la vez.

Aquí tienes cinco razones por las que a tu adolescente no le gusta dar su brazo a torcer:  

Su cerebro está en construcción

El cerebro de tu hijo adolescente aún no está completamente desarrollado, especialmente en áreas clave como la corteza prefrontal, responsable de la planificación, la toma de decisiones y el control de impulsos. En contraste, el sistema límbico, encargado de las emociones y las recompensas inmediatas, está hiperactivo durante la adolescencia. 

Esta desconexión hace que los adolescentes, pese a ser capaces de reflexionar de forma abstracta de una manera similar a la de los adultos, busquen satisfacer sus deseos rápidamente, pensando solamente en su bienestar inmediato y sin preocuparse apenas por las consecuencias de sus acciones.  

Su identidad también está en construcción

La adolescencia es, esencialmente, un periodo de construcción identitaria. Para poder afirmarse en el mundo, para saber quiénes son, los adolescentes necesitan probar (looks, aficiones, nuevas formas de ver el mundo…). Y necesitan, sobre todo, sentir que son independientes, libres de elegir en quiénes desean convertirse. 

Cuando tu hijo trata de salirse con la suya, lo que realmente está haciendo es reafirmar su autonomía. Desde su perspectiva, no es desobediencia; es un paso necesario para dejar de depender de ti y empezar a tomar sus propias decisiones.

Quiere ser como sus iguales

Las amistades y el sentido de pertenencia son esenciales en esta etapa. Los adolescentes se construyen así: separándose del “nido” familiar, acercándose a quienes son como ellos; aunque sea un chico responsable y trabajador; aunque, objetivamente, comprenda tu razonamiento, te pide salir un miércoles porque sus amigos lo hacen. 

Y es que el deseo de encajar, en la adolescencia, es tan poderoso que puede priorizarlo por encima de las normas familiares e incluso de lo que sabe que es mejor para él.

Necesita probar los límites

Como parte de su búsqueda de independencia, los adolescentes necesitan probar hasta dónde pueden llegar.

Esto no significa que estén desafiando tu autoridad de forma consciente o para “fastidiarte”, sino que necesitan aprender hasta dónde llega su autonomía y dónde comienzan las consecuencias y responsabilidades.

Vive en un mundo poblado de comparaciones

Vivimos en el mundo en que vivimos. Tenemos muchas facilidades materiales, pero como contrapartida, nuestros adolescentes están expuestos a comparaciones constantes en redes sociales: ven a otros jóvenes «haciendo lo que quieren», presumiendo de dinero y de una libertad que probablemente no sea tan amplia, y pueden terminar interpretando que “tienen derecho” a lo mismo. 

Cuando les pones normas y límites, refuerzas una frustración que, de hecho, es social.

Quiero entenderte

Cinco señales de alarma cuando tu adolescente siempre quiere salirse con la suya

Así las cosas, es normal, y hasta saludable, que los adolescentes quieran salirse con la suya en ciertas ocasiones, pero ¿cómo saber si este comportamiento es más que una etapa pasajera? Aquí tienes cinco señales de alarma conductuales en la adolescencia:  

1. Falta de empatía hacia los demás 

Si tu hijo adolescente insiste siempre en salirse con la suya sin considerar cómo sus acciones afectan a otros, si nunca tiene en cuenta a los demás (hablamos de no ser capaz de reflexionar en frío, no de tomar una mala decisión en un momento dado), podría ser señal de un problema en el desarrollo de habilidades socioemocionales.

2. Conductas manipuladoras frecuentes 

Un adolescente que miente o manipula para conseguir lo que quiere de manera habitual podría estar mostrando un patrón preocupante que requiere atención

Y es que, aunque todos los adolescentes mienten en alguna ocasión (más bien podríamos decir que todas las personas mentimos en alguna ocasión), en las mentiras y manipulaciones también hay unos límites que separan lo normal de lo que podría ser patológico.

3. Evasión constante de responsabilidades

Si ves que tus intentos por enseñarle la importancia de cumplir con sus responsabilidades no tienen ningún impacto, y siempre encuentra formas de eludirlas, probablemente haya llegado el momento de analizar más a fondo la situación.

La adolescencia es, precisamente, una edad de oro para aprender responsabilidad, así que no lo dejes pasar.

4. Aislamiento emocional o actitud hostil permanente 

Un adolescente que se aísla o que constantemente está enfadado contigo (es decir, que lo hace de forma muy habitual o durante periodos muy largos) puede estar manifestando un malestar más profundo, una inseguridad o una situación social complicada. 

Recuerda que un cierto aislamiento es normal, pero solamente si se combina con momentos de mayor apertura.

5. Comportamientos de riesgo

Es normal, en la adolescencia, presentar algunas conductas de riesgo, pero si tu hijo adolescente realiza de forma habitual actividades peligrosas o desafiantes, como romper reglas de seguridad que pueden poner en riesgo su salud física o la de otros, o si de forma repetida cae en conductas ilegales (desde pequeños hurtos a delitos más graves), ha llegado el momento de que busques apoyo profesional.  

Cinco consejos para manejar este comportamiento

Los casos anteriores son los menos; la mayoría de las veces se tratará solamente de una etapa. Difícil, sí, pero menos cuando sabes cómo responder. 

Aquí tienes cinco estrategias para ayudar a tu hijo a manejar su deseo de «salirse con la suya»:  

1. Escucha antes de reaccionar  

Cuando tu hijo insista en algo, respira y pregúntale por qué es tan importante para él. Escuchar con atención sin interrumpir te ayudará a entender sus motivos y a mostrarle que respetas su opinión, que para ti importa lo que piense, aun cuando le termines diciendo que no.

No te lo va a decir, pero para tu adolescente es más importante tener la seguridad de que le escuchas que ese posible sí o no de hoy.

2. Establece límites claros y flexibles  

Los adolescentes necesitan límites, pero también necesitan entenderlos. Trata de reducir los límites al máximo y crear, si es posible conjuntamente, unas normas que sean flexibles y que se vayan adaptando a su momento evolutivo.

Un adolescente que comprende tus razones puede llegar a enfadarse, pero en este enfado se va a conservar vuestro vínculo, que es lo fundamental.

3. Fomenta el diálogo y la negociación  

En lugar de imponer una decisión unilateral, trata de buscar soluciones conjuntas

Por ejemplo, si tu hijo quiere salir hasta tarde este sábado, negocia un horario más tardío pero que funcione para ambos y pídele que asuma responsabilidades al respecto (por ejemplo, no levantarse tarde para el partido u otras obligaciones que pueda tener al día siguiente, no regresar más allá de la hora, etc.).  

4. Refuerza las consecuencias naturales  

Permitir que tu adolescente se enfrente a las consecuencias naturales de sus decisiones, dentro de un entorno seguro, es una forma valiosísima de aprendizaje

Si, por ejemplo, no se ha preparado un examen y el día de la prueba te dice que se encuentra mal, pero tú estás convencida de que se trata de una estrategia para evitar una mala nota, no intervengas ni le justifiques; deja que enfrente el resultado.  

5. Refuerza la conexión emocional  

Recuerda que, más allá de los límites, lo más importante es la relación que construyes con tu adolescente

Dile que no si es necesario, pero dedica tiempo a estar con él, sin juicios ni críticas, escuchando y participando de su vida, porque solo así fortalecerás el vínculo y la confianza mutua.  

Y no te olvides de que si sientes que necesitas herramientas adicionales para gestionar estas situaciones, puedes inscribirte a nuestro Taller FAMILIDER.

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