Vivimos a la carrera. Corremos, corremos mientras el cuerpo aguanta y luego seguimos corriendo. Escuchamos los audios de whatsapp multiplicando la velocidad mientras preparamos la cena. Pero algunos adolescentes nunca tienen prisa. No es que no hagan las cosas, es que para cuando las hacen nos hemos olvidado de lo que les habíamos pedido: una hora para ducharse, dos para hacer la cama. Y así. Puede llegar a ser desesperante. ¿Por qué lo hacen todo tan despacio? ¿Hay alguna manera de cambiarle el ritmo a un adolescente lento?
Por si no tienes mucho tiempo, vamos a dejar la segunda pregunta respondida ya mismo: sí, es posible cambiar el ritmo de una persona, pero no de hoy para mañana. Los resultados rápidos, en educación, solo se consiguen a base de peleas, malas caras y desconexión. Justo lo contrario de lo que queremos.
Si tu hijo adolescente te desespera porque es lento, probablemente el problema no sea él (y cuidado porque en algunas ocasiones puede que sí haya un problema), ni tú, sino el hecho de que estáis desincronizados. Y claro, tus necesidades y las suyas están chocando a diario. La solución no es cambiar a tu adolescente: la solución es intentar acompasar vuestros ritmos, que acelere cuando sea necesario pero también que pueda ir a su ritmo si no hace falta tener prisa. Un equilibrio. ¿Es posible? Lo es, con esfuerzo y paciencia.
Índice del contenido
✅Tempo cognitivo lento, cuando tras la lentitud hay un diagnóstico
Aunque, como acabamos de decir, lo más probable es que tu adolescente no tenga ningún problema, en algunas ocasiones el hecho de que una persona sea lenta, sí puede ser problemático, pues tiene consecuencias negativas en su vida cotidiana (la más habitual, en la adolescencia, son los malos resultados escolares que no se corresponden ni con sus capacidades cognitivas ni con falta de interés en los estudios).
Hablamos, claro está, de casos extremos. Son personas que manifiestan frecuentemente varios de estos síntomas:
- Hipoactividad.
- Falta de vigilancia (“despistes” continuos).
- Inatención.
- Confusión.
- Conductas soñadoras.
Si es el caso de tu hijo adolescente, puede que necesite una evaluación psicológica para determinar si presenta tempo cognitivo lento, que sería, simplificando, una imposibilidad para mantener la atención y que puede mejorar con un tratamiento adecuado (no necesariamente farmacológico), supervisado por un equipo médico.
♂️Razones por las que un adolescente puede “ser lento”
No todos los adolescentes lentos tienen un diagnóstico; de hecho, la mayoría no lo tienen. El diagnóstico, de alguna manera, facilita las cosas, pues ayuda a comprender. Pero ¿qué pasa cuando un adolescente es lento y no hay un diagnóstico detrás? ¿Por qué no hace las cosas al ritmo de los demás?
Cuando los adultos intentamos dar una explicación al hecho de que tarden media hora en meterse en la ducha y luego una más en ducharse, tres en hacer dos ejercicios de matemáticas, u hora y media en lavar los platos, solemos interpretar que “quiere ponerme nerviosa”, que “no le interesa” o que “lo hace mal para que así lo haga yo”. Pero casi nunca es así.
Hoy vamos a dejar de lado el tema escolar (aunque tienes aquí algunos consejos sobre cómo ayudar a tu adolescente con los exámenes que te valdrán también para la organización general del estudio), pues las causas y las maneras de solucionar el problema pueden variar un poco, y vamos a centrarnos en los problemas de casa.
Puede que tu hijo haga las cosas despacio porque:
- se distrae continuamente pensando en otras cosas;
- salta de una tarea a otra, interrumpiéndose continuamente;
- es excesivamente perfeccionista;
- no sabe bien cómo hacer el trabajo, qué pasos seguir;
- no tiene una clara conciencia del tiempo;
- simplemente su velocidad es más lenta.
Parecen razones diferentes, pero acaban siendo una: muy probablemente, tu hijo adolescente hace las cosas más despacio porque su tempo, su tiempo interior, su música es otra. Así que la solución sería aceptar que ritmo es más lento, respetarlo y comenzar a vivir con ello.
Cómo convivir con un adolescente lento
Desde el mismo momento en que nuestros hijos manifiestan algo de autonomía, cuando quieren vestirse solitos, o caminar por la calle, o lavarse… Empezamos a meterles prisa. Y esto no solemos hacerlo de modo amable, sino a través de gritos y amenazas más o menos ocultas: si no estás vestido en cinco minutos no vamos al parque, como tardes un minuto más en comer no te dejo ver la tele…
Pues bien: eso es, precisamente, lo que hay que dejar de hacer.
Las broncas, en general, solo tienen un resultado: merman la autoestima de tu hijo. Le hacen sentir que no es suficiente, que no está a la altura, que debe cambiar. Son una fuente de estrés y amenazan a vuestro vínculo, que es lo más sagrado que tenéis.
Pero lo cierto es que a veces necesitamos que los adolescentes se den prisa, que sean conscientes del tiempo, que se ajusten a los horarios.
Y para eso lo que hace falta no son órdenes y prisas, sino aceptación y conciencia. Esto es lo que funciona siempre en educación, y sobre todo en la adolescencia: la autonomía. Que aprenda que para sus asuntos puede dejarse llevar, pero que para vivir en sociedad hay que respetar unos tiempos y unos horarios. Y así, siendo consciente de que su ritmo es el que es, podrá terminar adaptándose a lo que se espera de él.
Algunos consejos para que lo consiga son:
Aligera tu carga mental
Hablamos mucho de la carga mental en madres de hijos pequeños, y poco en las de adolescentes. Y sin embargo, es un peso que crece con los hijos. Así que reparte de verdad algunas tareas del hogar y acepta que los otros, adultos o adolescentes, las hagan a su manera. Este primer punto es muy importante para poder acompañar a tus hijos con paciencia y comprensión.
Asígnale siempre tareas cortas y concretas
Quizá para ti la tarea “recoger después de comer” incluya “quitar la mesa”, “fregar los platos” y “barrer el comedor”. Si tu hijo adolescente tiene un ritmo lento, le resultará complicado enfrentarse a una tarea larga; por el contrario, ir tachando mentalmente cada paso y realizar después el siguiente le resultará más motivador.
Procura que las instrucciones estén siempre muy claras
No dejes nada al azar: si duda, tardará más. Dile explícitamente que antes de barrer el salón debe recoger lo que haya por el suelo. Así no tendrá dudas del orden de las acciones y le resultará más fácil concentrarse.
Rota las tareas lo menos posible
Solemos pensar que ir variando las tareas (un día el baño y al siguiente, el comedor) es más motivador, pero si a tu hijo adolescente le cuesta terminar, si se eterniza, le será más sencillo realizar siempre la misma tarea: con la práctica, terminará ganando rapidez.
Sé flexible con los tiempos
En todas las familias hay unos horarios más o menos fijos pero, fuera de obligaciones como la comida o la hora de acostarse, intenta dar tiempos flexibles, que las tareas tengan un día de realización y tu hijo se organice como quiera. ¿De verdad es tan importante si la ropa se dobla antes o después de comer?
Pero ponle tiempos cuando tengas razones para ello
Algunas tareas no deben alargarse por diferentes razones, y así debe saberlo tu hijo adolescente. Si consideras, por ejemplo, que la ducha debe durar 15 minutos, y no más, entonces déjaselo claro y toma medidas; a ser posible consensuadas.
Haz que las rutinas sean lo más rutinarias posible
Es decir, que su día sea lo más predecible posible, que siempre se siga el mismo orden. Esto es más difícil con adolescentes que con niños pequeños, pero es necesario a veces para reducir los tiempos entre actividades.
No te quedes mirando a tu hijo mientras hace las cosas
Esto solo conseguirá poneros nerviosos. A ti, porque no avanza o lo hace “mal”, a él o ella porque va a sentir que tu mirada le juzga. Déjale hacerlo a su ritmo, a su estilo y, a menos que sea imprescindible, no le corrijas mucho.
No hagas las tareas de tu hijo por él
Olvídate del “eres un desastre, ya lo hago yo”. Solo conseguirás que se sienta mal, que crea que es incapaz. O también, dependiendo de su carácter, que se “aproveche” de esa tendencia tuya a hacerlo todo. Y no quieres ninguna de esas dos cosas.
Y, sobre todo, lo más importante, conecta con tu hijo o hija, enfocándote en el presente. Merece la pena disfrutar de la infancia y adolescencia de los hijos, que no te la roben las prisas, el estrés o la autoexigencia.
¿Cómo vais con las prisas en tu casa? ¿Tu hijo adolescente es lento o va a mil por hora?
15 comentarios. Dejar nuevo
Hola Diana… pues tengo dos hijas 19 y 14.. y lo que les falta es tener un reloj interno. Ayer sin ir más lejos nos fuimos a casa de mi hermano y desde el sábado diciendo a las 11 nos vamos.. a las 10 y cuarto ya estaban levantadas y alas las 11 menos un minuto a punto de salir.. la mayor aun no estaba vestida!! No se que hacer para que tengo un reloj interno que le marque los tiempos. Siempre va corriendo porque apura hasta última hora. Y al final pues lo que dices son enfados. Gracias x tu trabajo y compartirlo.
Muchas gracias a ti por comentar. Abrazo!
Es exactamente lo que le pasa a la mia. Es lenta para hacer todas sus cosas. Entrar en la ducha, ducha, salir d la ducha, vestirse, despertarse por las mñns, para hacer los deberes, para hacer las tareas de casa, etc etc etc. Tiene 11 y empiezo a entrar en colapso.
Espero que este y todos los artículos de la web te ayuden a entender la adolescencia para así poder disfrutarla. Saludos.
Diana gracias por tus tips. Te cuento que todo lo que dices lo padezco con mi adolescente. No sé si actuó bien….pero después de decirle muchas veces » duchas cortas», le di 10 minutos y luego le toco la puerta, y sabe que en un minuto le bajó la temperatura y ahí corta el agua. Es agotador estar todo los días asi. Entonces ahora soy yo su reloj….si estoy en otras cosas y se pasan 15 o 20 minutos y sigue en la ducha. Su habitación, todo el día toma para ordenarla. Para ir al colegio, a las 8 me voy de casa, si el no sale , se va solo. Pero…cuando una amiga o amigo lo invita a salir. En tiempo récord se baña y hace su habitación ggrrrrr
jajaja eso suele pasar, cuando les interesa… ya se sabe…
No solo les psa a los adolescentes, tambien a los adultos viven como en el caribe y lo hacen todo a su ritmo “caribeño”, se les echa em tiempo encima en todo lo que hacen y claro al resto no ponen nerviosos y ansiosos…..
A mi hija de casi 4 años hay que levantarla una hora antes de ir al colegio porque sino no nos da tiempo, a veces desespera!!
jeje, te entiendo
Hola tengo un hijo de 17 años. Ah noo como tarda para todo, sus movimientos son en cámara lenta. Me pone nerviosa. Me pregunto si tendrá algún problema. Sus manos se mueven lento. Termina saliendo despeinado siempre, el abrigo torcido, sin medias etc. Porque no le alcanzó una hora para arreglarse.
Me encanto! Es una etapa difícil para ambos, tanto para nuestros hijos como para los padres. Pero cuando hay disposición de apoyarlos y entender el porqué? Podemos generar cambios sumamente positivos.
Me gustaría saber si tienes algo que pueda ayudarme, mi hijo tiene conductas un tanto impulsivas y bruscas con sus compañero y eso le está trayendo problemas, nunca ha sido peleador y menos agresivo, pero es como si no controlara la fuerza y lo que para él es suave para sus pares es brusco.
Saludos!!
Gracias por la información, tengo dos niñas, 15 y 13, la pequeña va a su ritmo, de hecho decidimos dejar de decirle lenta, pero es necesaria mucha paciencia que a veces no tengo. Ella es súper inteligente, pero cómo va a su ritmo le afecta en el colegio y debo estar encima de ella para que termine las tareas a tiempo, éso me desgasta.
Gracias!! Mi peque es preadolescente 11 años pero la verdad esta empezando a funcionar aquello de la autonomia. Pero si es muyyyy lento … lo peor el cole… no acaba examenes a tiempo a ver que tal este año de momento ya empieza a gestionar solo sus deberes y me cuenta como se organiza … aunque luego no lo cumple … pero ya es un buen comienzo o eso creo yo.
Gracias por tu ayuda!!
Gracias Diana por toda la información que nos das para atravesar esa etapa difícil para adolescentes y padres.
Mi hija ahora con 14 tarda muchísimo en ducharse, recoger su habitación y en general cualquier cosa porque va un poco “pisando la tierra y viviendo en las nubes” hasta el punto de que en el colegio no le da tiempo a terminar los exámenes porque le falta la mayoría de las veces tiempo, pero desde siempre ha sido un poco así aunque con la adolescencia se incrementa.
Mi hija de 16 años me desespera que sea tan lenta, al caminar parece que le pide permiso a un pie para mover el otro. No tiene sentido de urgencia. Todo lo hace lento. Me ha gustado mucho este artículo y lo pondré en práctica
Yo tengo un problema con mi hijastra de 19 años, es muy lenta por más que le expliqué cómo hacer las cosas no lo hace, se mueve muy lenta para todo, cuando habla aveces habla sin sentido, no quere nada por la vida por más consejos que le dé y ya no se que hacer porque es cansado estar detrás de ella como si fuera una bebé, ya no se que hacer, aveces pienso que quizás tenga un mínimo problema de autismo,. pero es lo que no entiendo porque para unas cosas si es despabila pero para otras no, es muy lenta en todo y ella se vino a vivir conmigo y su papá, hace 3 años y por más que le explicado todo desde que llego no lo hace no se le ve aveces en nada , y ya no se que hacer, me gustaría una ayuda un consejo, o ver si me mandó un un psicólogo o que ayuda por favor