Pedro, 15 años, llega a casa después de un examen de matemáticas, visiblemente frustrado, y da un portazo: «¡No voy a aprobar matemáticas en la vida, soy incapaz!». Su madre se desespera, no sabe qué hacer. Empieza a creer que, efectivamente, Pedro es incapaz de aprobar esa asignatura.
Sin embargo, ese mismo Pedro, cuando aprendía a caminar, se cayó innumerables veces, pero siguió probando hasta que lo consiguió. Lo mismo cuando aprendió a saltar, a correr, a montar en bicicleta… ¿Acaso ha perdido, con los años, perseverancia o resiliencia?
La realidad es que sí, al menos en parte. Diversos factores, como el condicionamiento social y escolar o el desarrollo de la autoconciencia, la idea de fracaso… han ido haciendo que su innata mentalidad de crecimiento vaya dando paso a una mentalidad fija.
Pedro, como todas las personas, se beneficiaría mucho de desarrollar una mentalidad de crecimiento. Y está de suerte, porque la adolescencia es una etapa de gigantescas transformaciones a nivel cerebral, emocional y social y el cerebro adolescente, aún en desarrollo, está especialmente receptivo a nuevos aprendizajes.
Si, como Pedro, tu hijo adolescente tiene una mentalidad fija, puedes ayudarle a fomentar una mentalidad de crecimiento, para que crezcan su autoestima y motivación, y también tenga mejores herramientas para enfrentarse a los desafíos de la vida adulta.
Si quieres ayudar a tu hijo adolescente a enfrentarse a la vida con mejores herramientas y transformar vuestra relación en un vínculo fuerte y duradero, puedes apuntarte hoy mismo a la Cumbre Internacional Online «Adolescencia360º» donde nuestro querido Sebastián Darpa hablará sobre cómo utilizar la PNL para conectar con nuestros jóvenes.
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Índice del contenido
Mentalidad de crecimiento y mentalidad fija
Fue la psicóloga y profesora en la Universidad de Standford Carol Dweck quien introdujo, en 2006, los conceptos de mentalidad de crecimiento y mentalidad fija para describir las creencias que las personas tienen sobre sus propias habilidades y potencial. Comprender estas diferencias es fundamental para guiar a tu hijo hacia una actitud más resiliente y abierta al aprendizaje. Las resumiremos brevemente:
Rasgos característicos de la mentalidad fija
Creencia en habilidades innatas
Las personas con una mentalidad fija piensan que la inteligencia y el talento son cualidades estáticas. Suelen decir cosas como lo que afirmaba Pedro al principio del artículo: «nunca aprobaré matemáticas».
Miedo al fracaso
La mentalidad fija hace que los errores se vean como indicativos de falta de capacidad, lo que los lleva a evitar nuevos retos por temor a equivocarse. Esto puede, lógicamente, limitar su desarrollo y oportunidades de aprendizaje.
Rechazo a la retroalimentación
Quienes están convencidos de no poder cambiar terminan viendo la crítica, aunque sea constructiva, como una amenaza, lo que dificulta el crecimiento personal y académico.
Rasgos característicos de la mentalidad de crecimiento
Creencia en la mejora a través del esfuerzo
Quienes tienen mentalidad de crecimiento entienden que el cerebro es maleable y que las habilidades pueden desarrollarse con práctica y dedicación. Un adolescente con esta mentalidad podría pensar: «Aunque me cuesta Historia, con estudio y esfuerzo puedo mejorar».
Valoración del proceso
Desde esta perspectiva, los errores se consideran oportunidades de aprendizaje. Esta perspectiva fomenta la perseverancia y la resiliencia ante los desafíos.
Apertura a la retroalimentación
Alguien que cree en su propia capacidad de cambio, aceptará, de forma lógica, la crítica constructiva como una herramienta valiosa para el crecimiento y la mejora continua.
Mentalidad de crecimiento y mentalidad fija no son sino creencias y, como tales, pueden modificarse. De hecho, la adolescencia es un momento privilegiado para este cambio de actitud frente a las propias potencialidades, pues el cerebro del adolescente es una herramienta poderosísima para el aprendizaje de hábitos.
¿Perdemos la mentalidad de crecimiento al crecer?
Cuando hablamos de mentalidad de crecimiento, solemos mencionar el ejemplo del niño que aprende a caminar. Y enseguida surge la duda: ¿en qué momento perdemos esa mentalidad de crecimiento innata?
Porque es cierto: los niños exploran el mundo sin miedo al error, pero los adolescentes y adultos tienden a la mentalidad fija. ¿Por qué perdemos la mentalidad de crecimiento al hacernos mayores? Algunas de las razones principales son:
1. El condicionamiento social y escolar
A medida que crecen, los niños reciben mensajes sobre sus habilidades. El sistema educativo y la sociedad suelen premiar los resultados más que el esfuerzo, lo que refuerza la creencia de que la inteligencia es algo fijo.
2. El miedo al error
Mientras que los niños pequeños prueban sin miedo, los adolescentes comienzan a asociar el error con vergüenza o castigo, lo que limita su disposición a intentarlo de nuevo.
3. La falta de modelos de aprendizaje continuo
Si en su entorno los adultos transmiten la idea de que “se nace con talento” en lugar de valorar el esfuerzo, los adolescentes pueden asumir que sus capacidades son inamovibles.
Beneficios de la mentalidad de crecimiento para los adolescentes
En una etapa tan delicada para lo personal y lo social como es la adolescencia, desarrollar una mentalidad de crecimiento tiene muchas ventajas. Y es que los adolescentes con mentalidad de crecimiento, frente a aquellos que tienen mentalidad fija, presentan los siguientes rasgos:
1. Mayor resiliencia ante los desafíos
Al entender que las habilidades pueden desarrollarse, estos adolescentes están más dispuestos a afrontar los obstáculos y verlos como oportunidades de aprendizaje. Esta actitud les permite recuperarse más rápidamente de las dificultades y los pequeños fracasos y ser persistentes en sus objetivos.
2. Mejor regulación emocional
La adolescencia es una etapa de grandes fluctuaciones emocionales. La mentalidad de crecimiento ayuda a los jóvenes a manejar la frustración y la ansiedad, ya que consideran los desafíos como parte natural del proceso de aprendizaje.
3. Mayor motivación intrínseca
Los adolescentes con mentalidad de crecimiento se sienten motivados por el proceso de aprendizaje en sí mismo, en lugar de buscar únicamente recompensas externas. Esto los lleva a involucrarse más conscientemente en sus actividades académicas y extraescolares. Como consecuencia de esto, los alumnos con mentalidad de crecimiento tienden a obtener mejores resultados escolares que sus pares con mentalidad fija.
4. Mejores relaciones interpersonales
Al estar abiertos a la retroalimentación y tener la certeza de que todos pueden mejorar, estos adolescentes desarrollan una mayor empatía y habilidades de comunicación, que les ayudan a fortalecer sus relaciones con pares y adultos.
Estrategias para desarrollar una mentalidad de crecimiento en tu adolescente
Es cierto que la educación vivida en casa influye mucho en el desarrollo de una mentalidad de crecimiento. Pero si tu hijo adolescente ha desarrollado una mentalidad fija, lo mejor que puedes hacer no es sentirte culpable sino ponerte a trabajar para ayudarle a cambiar sus creencias: se trata de una inversión que le servirá toda su vida. Algunas estrategias que pueden ayudarle son:
Modela la mentalidad de crecimiento
Comparte con tu hijo tus propias experiencias donde te enfrentaste a momentos difíciles y cómo, a través del esfuerzo, lograste superarlos. Esto le ayudará a comprender que el aprendizaje es un proceso continuo y que los obstáculos forman parte de él.
Usa un lenguaje positivo contigo misma
¿Tu adolescente suele decir “no sé”, “no puedo”? Revisa cómo le hablas tú… Y, sobre todo, revisa cómo te hablas tú. Y es que la voz con la que se hablan los adolescentes suele ser, en gran medida, la de sus padres. Si, cuando te hablas, muestras mentalidad de crecimiento, ayudarás a que tu adolescente haga lo mismo.
Enfatiza el proceso sobre el resultado
Celebra el esfuerzo, la estrategia y la perseverancia más que el resultado final. Por ejemplo, si tu hijo ha trabajado arduamente en un proyecto, reconoce su dedicación independientemente de la calificación obtenida.
Valora los errores
Crea un ambiente donde los errores se vean como oportunidades de aprendizaje. Después de un contratiempo, reflexiona con tu hijo sobre lo aprendido y cómo aplicar ese conocimiento en el futuro.
Proporciona retroalimentación constructiva
Dale a tu adolescente comentarios específicos que se centren en el esfuerzo y las estrategias que ha empleado, en lugar de hacer juicios sobre sus capacidades innatas.
Fomentar una mentalidad de crecimiento en tu adolescente es una de las inversiones más valiosas que puedes hacer para su desarrollo personal y académico.
Al adoptar una perspectiva que valora el esfuerzo, la perseverancia y el aprendizaje continuo, le proporcionas herramientas esenciales para enfrentarse a la vida con confianza y resiliencia. Es un proceso que requiere paciencia y consistencia, pero los beneficios a largo plazo son inconmensurables.
¿Qué opinas? Te leo bajo comentarios.
4 comentarios. Dejar nuevo
Coincido plenamente.
Es así. Siempre depende de los padres el resultado de sus hijos.
Gracias
Gracias Diana x lo leído mi adolescente a desarrollado una mentalidad fija, todo el tiempo se boicotea, pero yo soy de esas personas que le busca la vuelta, «pone onda» como le digo a él. Voy a aplicar lo leido, SALUDOS
Excelente orientación. A tiempo y actual
Gracias por esas oraciones positivas en menos de una semana estoy obtenido cambio maravillosos con mis hijos