Inteligencia emocional, Padres separados

¿Cómo decirle a tu hijo adolescente que te separas?

¿Cómo decirle a tu hijo adolescente que te separas?

Casi nadie piensa que le va a suceder, pero ya hace décadas que en España el divorcio ha dejado de ser una rareza para convertirse en un hecho relativamente común (se divorciaron 1,9 habitantes de cada 1000 habitantes, en 2022), y la mayoría de las parejas divorciadas tienen hijos menores de edad. Muchas veces, adolescentes. Una edad en la que parece que todo, lo bueno y lo malo, es mucho más complicado. Anunciárselo a un niño pequeño no es fácil, pero ¿cómo se le anuncia un divorcio a un adolescente?

La separación o divorcio de los padres es uno de los estresores más intensos para cualquier niño o adolescente; el problema en la adolescencia es que la manera de comunicar su malestar, sus inquietudes… muchas veces no se corresponde con nuestras expectativas y, por tanto, es más difícil de gestionar. Y si manejar las emociones de un hijo adolescente no es sencillo, hacerlo cuando se está atravesando una etapa difíciles particularmente difícil.

Pero que no cunda el pánico. Aunque existe la idea de que los hijos de padres separados son más problemáticos, la realidad es que asociar divorcio y mala conducta adolescente es una simplificación. La mala conducta se relaciona más con el conflicto familiar (en familias nucleares o no) que con el divorcio.

Por eso, el momento y la manera en que se comunica a los adolescentes la decisión de separarse ha de ser un momento cuidado, reflexionado y medido. Para que, aunque la situación sea difícil para todos, encaren la nueva etapa como el reto que es, sin rencor ni culpabilidad.

Cómo decirle a tu hijo adolescente que te separas
Por mucho que conozcas a tu adolescente, es difícil prever su reacción

El adolescente frente al divorcio

Decíamos que la edad adolescente presenta algunas particularidades cerebrales que debemos tener en cuenta siempre, pero en especial en momentos difíciles como una separación o divorcio.

Lo más importante es recordar que, aunque pretendan hacernos creer lo contrario, los adolescentes nos necesitan, y mucho más en situaciones complicadas de manejar desde el punto de vista emocional.

De hecho, por su momento de desarrollo cerebral (las amígdalas, reguladoras de las emociones, ya maduras, y la corteza prefrontal, que controla el comportamiento consciente, aún en desarrollo), los adolescentes son personas con las emociones a flor de piel, aparentemente inconsistentes, pues en ocasiones sobre-reaccionan con situaciones que para los adultos carecen de importancia, y otras veces actúan de manera sorprendentemente madura.

Esto es algo que hay que tener claro antes de comenzar la conversación. Y es que, por mucho que conozcas a tu adolescente, es difícil prever su reacción, porque lo más probable es que nunca le haya sucedido algo tan radical y transformador como el cambio de vida que conlleva un divorcio: piensa que tanto su contexto emocional como la organización de su día a día van a transformarse.

Pero debes tener claro, y así deberías transmitírselo a tu adolescente, que separación no equivale a sufrimiento. Se trata de un ajuste personal y familiar, de un proceso de duelo, claro que sí, pero que no significa necesariamente daño o dolor intenso; de hecho, muchas separaciones suponen el fin de una etapa de conflictos, y son, en cierto modo, un alivio.

Al final, se trata de estar al lado de tu adolescente, como has estado en otros momentos de tu vida, desde la honestidad y la disponibilidad. 

Y el llevar bien ese proceso comienza el día en que te sientas a hablar con ellos del tema.

Ojo…

Si no sabes ni por dónde empezar a hablar con tu adolescente, de este tema o de cualquier otro, si sientes que estáis totalmente desconectados, entonces apunta, porque en nuestro taller «FAMILIDER» te damos las claves para liderar tu familia con autoridad y flexibilidad a la vez. 

Pautas para decirle a tu adolescente que te separas

Teniendo en cuenta, por tanto, las particularidades de la etapa adolescente, y la idea de que tu papel como madre o padre es cuidarle y acompañarle respetando su espacio y su propio proceso, vamos a ofrecerte algunas directrices generales para saber la mejor manera de decirle a tu adolescente que te separas.

Partimos del contexto ideal en el que hay un entendimiento de los padres que se traduce en la búsqueda común del bienestar de los hijos. Si no es tu caso, si los conflictos con tu ex son continuos, trata de que, al menos por tu parte, tu adolescente no perciba rencor ni deseo de venganza: le estarás ahorrando mucho sufrimiento.

1. Decídselo cuanto antes, pero sin precipitaros

Anticipar de más es complicado, pues habrá muchas preguntas que no sabréis responder, y vuestra labor es darle toda la seguridad que podáis, no generar dudas, desconfianza, miedos… Nuestro consejo es que os se lo digáis dos o tres semanas antes de la separación, pues para entonces ya estarán perfilados muchos de los detalles.

2. Dad la noticia como pareja

Siempre que no haya un conflicto mayor, la noticia de la separación debería darse de forma conjunta. Se trata de que no solamente con las palabras, sino también con vuestras actitudes, los hijos comprendan que seguís estando unidos como padres, y que esa labor la vais a seguir ejerciendo de manera conjunta. Esto eliminará muchas inseguridades y evitará los conflictos de lealtad (que vuestro adolescente sienta que debe elegir entre tú y tu ex-pareja).

3. Ofreced una explicación clara y adaptadaCómo decirle a tu hijo que te separas

La mayoría de los adolescentes creen que en el amor no hay problemas insuperables, que dura toda la vida… Y es que todo el universo adolescente (canciones, libros, series…) insiste en el mito del amor romántico. Así que va a necesitar una explicación, y es necesario que se la deis. Eso sí, adaptadla a su capacidad de comprensión y evitad enredarle en los problemas de pareja. Basta con explicarle a vuestro adolescente que el amor de pareja a veces se termina, que preferís vivir separados, pero el amor que le tenéis como padres no cambiará nunca.

4. Ayudad a vuestro adolescente con la incertidumbre

Casi nadie se maneja bien en la incertidumbre;  mucho menos en la adolescencia y aún menos si lo que sucede depende de otras personas (la decisión, al fin y al cabo, no la toma tu adolescente). Así que tratad de anticiparnos a sus dudas, dando toda la información posible sobre los asuntos prácticos del divorcio (con quién vivirá, cada cuánto tiempo verá al otro progenitor, si se prevé un cambio de centro escolar…). 

5. Escuchad y responder a sus dudas, vengan cuando vengan

A veces los adolescentes no plantean sus dudas enseguida, porque en el momento de la noticia reaccionan de forma emocional (enfado, acusaciones, tristeza…) o, simplemente, porque no se les ocurren. Pero tened por seguro que, antes o después, cuando intelectualice lo que está sucediendo y se proyecte cómo será su vida tras el divorcio, tendrá preguntas. No le agobiéis en el momento, pero dejadle claro que estáis ahí para contestarle cuando lo necesite.

6. Aceptad sus emociones

Sí, las emociones adolescentes son imprevisibles, pero las emociones son reacciones psico-biológicas, y son necesarias para la vida. Lo que podemos regular, y en muchas ocasiones no es fácil, son las reacciones ante esas emociones. Simplificando: enfadarse ante la noticia de la separación es legítimo, pero gritar, pegar o dar portazos son acciones que, claramente, sobrepasan los límites y no deberíais permitir. 

7. No ocultéis las vuestras

Las emociones adultas también son importantes, y también deben tener un espacio en la familia. Tratando de no hacer responsable a vuestro adolescente de ellas (es decir, que no sienta que debe “ocuparse de ti” si estás triste, por ejemplo), debéis reconocerlas, aceptarlas (olvidad los “no me pasa nada”: un “estoy triste” es más sincero) y, en la medida de lo posible, tratar de educar en la gestión emocional (verbalizar, por ejemplo, cómo nos cuidamos cuando estamos tristes: hay quien prefiere ver una película, quien queda con alguien, quien va a hacer deporte…).

Divorciarse con hijos adolescentes: ocuparse sin preocuparse

Se trata, en definitiva, y como siempre que hablamos de educar adolescentes, de observar y estar preparados para sostener emociones, acompañar y dar seguridad en todo momento. 

Una separación no significa que vuestra hija adolescente vaya a comenzar a beber sin control o que vuestro hijo abandone los estudios. Estas actitudes suceden cuando hay un malestar profundo (ligado o no a la situación de pareja de los padres) que no se ha atajado en su momento.

Confiad en la capacidad humana, y especialmente adolescente, de adaptarse a cualquier situación, sabiendo que quizá haya un primer momento de rabia o tristeza. Estad siempre atentos a si estos sentimientos son incapacitantes, a si se prolongan excesivamente en el tiempo y a otros síntomas (aislamiento social, cambio radical de aficiones…) que puedan traducir un problema mayor. 

Cuéntanos, ¿te has enfrentado a esta situación? ¿Cómo lo han llevado tus adolescentes?

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