Índice del contenido
¿Cómo controlar el tiempo de pantallas de tu hijo en verano?
Para bien o para mal, el curso se ha terminado. Llevábamos semanas deseándolo, queriendo parar el ritmo o, al menos, frenarlo un poquito… Pero cuando se tienen hijos adolescentes, las cosas no son tan fáciles. Nosotros teníamos unos planes (una limpieza a fondo de la habitación, que se ocupara más de las cosas de la casa) y ellos, claramente, otros muy diferentes, que a menudo pasan por apalancarse en el sofá con el móvil, durante mucho más tiempo del razonable.
Aquí termina habiendo dos posturas enfrentadas. Por un lado, quienes piensan que, oye, son vacaciones y los adolescentes necesitan un descanso. Nosotros mismos relajamos algunas costumbres: nos acostamos más tarde, tomamos más cervezas con los amigos… ¿No podrían los adolescentes disfrutar, también a su modo? ¿De verdad es necesario frenarles?
Y luego hay quienes creen que lo mejor es una desconexión total de las pantallas durante las semanas vacacionales. Y cuando digo total, digo total: sin ninguna excepción.
Es fácil ver las fallas de cada una de estas dos posturas: el laissez-faire suele ser una dejación de funciones camuflada; la desconexión total supone no tener en cuenta el momento de desarrollo de los adolescentes, pasa por un enfrentamiento más o menos abierto, y… ninguna de las dos opciones merece la pena, en realidad.
Porque ser madre o padre de adolescentes significa guiarlos para que aprendan a desenvolverse en el mundo, no controlar todos sus movimientos ni dejarles hacer, esperando que el sentido común se imponga por sí mismo. Con las pantallas y con todo lo demás.
¿Por qué es necesario controlar el tiempo de pantallas de los adolescentes?
En Adolescencia positiva lideramos la batalla en contra del exceso de pantallas; por eso queremos traer aquí algunas conclusiones del informe de UNICEF sobre el impacto de la tecnología en la adolescencia.
La conclusión fundamental de dicho informe es que, aunque la adicción a las pantallas no existe como tal en los manuales de pediatría, hay una estrecha relación entre los usos problemáticos de la tecnología y la salud mental.
Los problemas asociados a un uso no saludable de la tecnología son:
Riesgo de contacto de índole sexual con desconocidos (grooming o sexting)
Especialmente en las chicas, lo que las pone en una situación particularmente vulnerable, o bien por el uso indebido de material sexual, o bien por el posible riesgo de ataque sexual que puede conllevar el grooming.
Menor bienestar emocional
Se sabe que los usos problemáticos de las tecnologías (apuestas online, tiempo excesivo de juego, etc.) se asocian, en diferentes porcentajes dependiendo del problema concreto, a un mayor malestar emocional.
Riesgo de depresión
La exposición excesiva a las pantallas, y muy especialmente cuando se da pasadas las doce de la noche, está ligada a una mayor probabilidad (hasta tres veces mayor) de padecer sintomatología depresiva.
Posibilidad mayor de sufrir o ejercer ciberacoso
El estudio de UNICEF cifra en un 22,5% el porcentaje de estudiantes de la ESO españoles que sufre ciberacoso, pero además han comprobado que el 52% de los acosados en internet también ejercen de acosadores.
Para completar este panorama, añadiremos que el 33% de los estudiantes de secundaria estaría desarrollando un problema de adicción a la red y el 3,1%, uno de adicción a los videojuegos.
Además, se señala en el informe que las prácticas de riesgo son más frecuentes entre aquellos adolescentes cuyos padres no supervisan su uso de internet.
¿Es beneficioso ser más flexible con el uso de internet en vacaciones?
Está claro: hay que supervisar que el uso de pantallas por parte de los adolescentes esté dentro de unos límites razonables. Con respecto a la flexibilidad en vacaciones, depende de lo preparado que esté el adolescente (y la familia) para el cambio de hábitos.
Y es que en muchas ocasiones el “levantar la mano” llega a ser perjudicial, pues cuando comienza de nuevo el curso escolar los adolescentes no comprenden la necesidad de volver a los límites anteriores, y volver a crear la rutina se hace muy cuesta arriba. En esos casos, quizá lo más razonable sea mantener las normas del curso.
Pero si el adolescente está preparado, aconsejamos ser flexible con las pantallas en vacaciones, pues así se gana en bienestar familiar y los adolescentes aprenden mejor que las normas y límites se imponen por su bien.
Ahora bien, ¿hasta dónde es recomendable ser flexible?
Depende, entre otras cosas, del uso que se haga de las mismas.
Por ejemplo, un uso creativo (adolescentes que dibujan en la tablet o que miran tutoriales que luego aplican en sus aficiones), es menos peligroso que hacer scrolling infinitamente en Tik Tok, y si los adolescentes juegan online con sus amistades, es más saludable que si juegan con desconocidos.
Michael Rich, profesor asociado de pediatría en la Universidad de Harvard, señala que el peligro de las pantallas no es tanto lo que se hace con ellas como aquello que no se hace por estar con las pantallas.
¿Tu adolescente ha dejado de quedar con sus amistades y ya solamente socializa online? ¿Ya no juega al baloncesto, cuando antes tenías que arrancarlo de la cancha a la hora de la cena, y se pasa la tarde jugando en el teléfono? ¿Ahora se encierra durante horas a hacer sus películas, solo, mientras que antes tenía unos amigos con los que disfrutaba de esta afición? Son detalles así, a veces diferencias de grado, las que deberían llamar tu atención.
Algunos consejos para controlar las pantallas en verano
Así, siempre dentro de estos límites razonables de los que hablamos, y siendo flexibles si así lo hemos decidido como familia, van algunos consejos sobre cómo ejercer esta flexibilidad:
1. Crea una rutina de verano cuando estés en casa
Deja claro a tu adolescente aquello que esperas de él durante los días del verano: hora de regreso a casa y de comer, tareas domésticas y, por supuesto, también el tiempo máximo de pantallas. Establecer un marco claro os ayudará a todos a tener un verano mucho más sencillo.
2. No confíes en que tu adolescente se autorregulará
El cerebro adolescente es apasionante, pero aún no ha desarrollado las funciones ejecutivas, y no sabe regularse. Pero, además, el internet de hoy está desarrollado para que incluso a un cerebro adulto le ocurra aquello de coger el móvil para mirar la hora, pasar 20 minutos en Instagram y dejar el móvil… sin haber visto la hora. Así que, decidas lo que decidas, establece un tiempo de pantalla claro. El cerebro de tu adolescente lo necesita.
3. Establece en casa un día semanal sin pantallas
Dependiendo de la conciencia tecnológica que tengáis en la familia, podéis establecer un día sin pantallas, para todos. Sin whatsapp, sin correo electrónico y hasta sin GPS. Para nuestros adolescentes, que no han vivido el mundo pre-pantallas, puede ser toda una aventura salir al campo y orientarse con una brújula y un mapa.
4. Prepárate para escuchar “me aburro”
Te aconsejamos algunas actividades veraniegas pero, recuerda, los veranos de los jóvenes están para aburrirse un poquito y poner la imaginación a funcionar. Y, muy importante, piensa en las actividades veraniegas como una oportunidad, no como una “alternativa a las pantallas”.
5. Invita a sus amistades
¿Hay algo más importante para un adolescente que su móvil? Sí, sus amigos. Por eso, si quieres que tu hijo o hija tenga oportunidades de disfrutar sin pantallas, lo mejor que puedes hacer es invitar a sus amistades, a casa o a cualquier otro plan que tengáis (bonus si el plan es deportivo, o en exterior).
6. Encuentra una variante offline a sus planes online
¿Qué hace tu adolescente (aparte de socializar) cuando está con el móvil? ¿Es posible reemplazarlo por una actividad sin pantallas, o menos aislada? Seguramente sea mejor ir juntos a un concierto que dejarle ver vídeos sin descanso, o comprar un nuevo juego de mesa si lo que le gusta es jugar.
7. Compartid pantalla
En el citado informe de UNICEF queda claro que el sentimiento más extendido entre los jóvenes, con respecto al uso de pantallas, es el bienestar. Una manera de evitar que ese bienestar se convierta en malestar es compartirlo: así puedes monitorizar y al mismo tiempo pasar un rato con tu hijo. Anímate a jugar a alguno de sus juegos o a compartir una serie o película interesante para tu adolescente.
8. Fórmate en Adolescentes ConectadOFF
Hemos puesto a tu disposición 48 horas de Flashsale para que puedas descargarte nuestro programa Adolescentes ConectadOFF con el que tus veranos ya no serán lo mismo. De 135€ que cuesta normalmente, puedes conseguirlo por tan solo 15€ con el cupón descuento CONECTADOFF. ¡Recuerda, solo 48 horas!
Y, sobre todo, no olvides que lo más importante en verano es poder desconectar, cada uno a su manera. Ayuda a tu adolescente a buscar la suya, sin pantallas, o a no hacer que su desconexión, aunque sea con pantallas, corra el riesgo de ser peligrosa.
Cuéntanos, ¿cómo haces tú para que no se descontrolen las pantallas en vacaciones?
2 comentarios. Dejar nuevo
Es muy difícil. Bloqueándole el móvil y llevándola de viaje, a la playa., sslimos a correr, pasear en bici, ir a la piscina con sus amigas, al pueblo con los pimos, cocinar potres, maquillarnos, leer…
Necesito ayuda para poner límites en el uso de celular no solo en vacaciones sino siempre
No se como hacerlo se me hace difícil siempre hay una pelea malas caras enojos y mas
Que me recomiendas para plantear un horario de uso de pantallas sin que sea taaaan problemático y que ella lo acepten si tanto drama
En promedio están en pantalla caso 46 horas en la semana