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¿Cómo conseguir que un adolescente ordene su habitación?
Hace algunos meses lanzamos, desde la cuenta de Instagram de Adolescencia positiva, un reto para madres (y padres, claro) de adolescentes: “No soy la roomba de mi hijo”. Se trataba de dejar, por una semana, de recoger las habitaciones de nuestros adolescentes. Fue un éxito rotundo; tanto que casi morimos de éxito, pues el canal donde se centralizaban los comentarios y fotos de quienes se habían apuntado al reto estuvo echando humo durante siete días.
Triunfó por una razón muy obvia, claro: porque ese desorden que ves (o no lo ves porque voluntariamente has decidido taparte los ojos) en la habitación de tu adolescente no es exclusivamente suyo, es algo generalizado. Los adolescentes son, en su mayoría, e independientemente de cómo hayan sido de niños, personas desordenadas.
Su desorden, por cierto, no se limita a sus habitaciones, sino que se expande por toda la casa: los zapatos en el salón, la mochila en la entrada, los platos sin lavar cuando es su turno…
Ante semejante panorama, la mayoría de los padres y madres acabamos convirtiéndonos en las roombas de nuestros adolescentes: se lo hacemos todo pensando, quizá, que así les ayudamos a tener una estructura más clara, o simplemente porque después de un mes nos parece ya necesario tomarnos la justicia por nuestra mano, lavarles las sábanas y, de paso, como quien no quiere la cosa, echarles en cara su falta de colaboración mascullando entre dientes.
Esa intromisión en su vida privada, unida a la bronca que suele acompañarla, colisiona frontalmente con la necesidad de privacidad de los adolescentes, y lo más normal es que termine en un enfado mucho mayor, un portazo o un “mi habitación es mía, y punto”.
Y es que cuando hay un adolescente desordenado (y son la mayoría) en casa y tratamos de hacerle ordenar, nos metemos en una batalla… Que nadie gana.
Pero la realidad es que los adolescentes necesitan orden. Porque por mucho que les quede lejísimos de sus necesidades e intereses, el orden es mucho más que tenerlo todo bonito. Es un elemento que proporciona seguridad y previsibilidad, que ayuda a la concentración, a la serenidad y al bienestar general.
No hemos encontrado una varita mágica para conseguir que los adolescentes deseen habitaciones impecables y se ocupen de colocar cada cosa en su sitio. Pero tenemos algunas ideas para ayudarte a comprometerse con el orden en su habitación.
¿Por qué los adolescentes son desordenados?
Partimos, pues, de una realidad estadística: los adolescentes son gente desordenada. Cada vez que se habla de orden, que se les pide que recojan su cuarto o lo que sea que hayan dejado tirado en un espacio común de la casa… Se monta una pelea monumental. Pero ¿por qué les cuesta tanto? ¿De verdad les gusta tener la habitación hecha un caos, no saber dónde tienen sus cosas?
Lo cierto es que este hecho se relaciona íntimamente con el momento de desarrollo cerebral de la adolescencia.
¿Cuáles son los factores que hacen que tantos adolescentes sientan “alergia” al orden?
Ellos mismos están desorganizados
Muchas corrientes psicológicas afirman que el desorden exterior es reflejo del desorden interior. Y si la adolescencia se caracteriza por algo, es precisamente por ser una transformación desordenada, por un cuerpo que cambia por momentos, un “lío” mental y social en el que no saben quiénes son. Han perdido la confianza en los padres y se apoyan casi exclusivamente en gente como ellos, que están igual de perdidos…
No tienen tiempo
Los adolescentes están muy ocupados con su vida personal y social como para dedicarle tiempo al orden, que ni es su prioridad ni tiene, para ellos, ningún interés. La escuela, las extraescolares, las amistades, las redes sociales… Ocupan prácticamente todo su tiempo.
Tener una habitación ordenada es la última de sus preocupaciones.
Necesita encontrar su propia personalidad
Por raro que pueda sonar, a veces los adolescentes no ordenan, simplemente, como una manera de reivindicar su propia personalidad, de ir contra las normas. Cuidado, que decimos “contra las normas”, no contra ti, así que procura no tomártelo de forma personal.
El cerebro adolescente le pide probar, ir hacia lo nuevo. Así que, o bien, inconscientemente, está probando una manera de hacer las cosas diferente de la tuya o el asunto del orden ya se ha instalado en casa como una batalla más, una de tantas, que pone a prueba tu paciencia.
En cualquiera de los casos, no te preocupes. Si crees que no puedes con ello tú sola, te invitamos a participar en nuestro próximo reto «No soy la Roomba de mi hijo» en el que durante 10 días te llevaré de la mano a través de pautas y recomendaciones que realizaremos a partir del día 15 de julio. Entra en el enlace si quieres más información sobre este reto en el que participan otras familias con el mismo problema.
¿Cuándo preocuparse si un adolescente es desordenado?
Para terminar de enmarcar bien las posibles soluciones al desorden adolescente (spoiler: no vas a acabar con ello en un día, solamente vas a conseguir llegar a un acuerdo de mínimos), necesitamos entender que en el desorden, como en todo, también hay líneas rojas. Y una parte muy importante de la resolución del problema es saber cuáles son.
Porque, si bien, como decíamos, la mayoría de los adolescentes son desordenados, y eso no significa nada preocupante, en ocasiones el desorden puede ser síntoma de un problema mayor.
¿Qué señales de alarma, en el desorden adolescente, nos indicarían que puede haber un trastorno psicológico?
Si el desorden es excesivo
Sí, hasta en el desorden hay grados. Los adolescentes con TDAH u otra condición que comprometa las funciones ejecutivas pueden llegar a tener habitaciones en las que es imposible caminar. Esto es un asunto que concierne a su estructura cerebral, y para ellos hacen falta otras ayudas diferentes que para los demás.
Si la dejadez es extrema
Muchos adolescentes desordenados sí son capaces de llegar a clase más o menos puntuales, de hacer sus tareas escolares, de tener un aseo mínimo… Pero otros no. Si observas en tu adolescente una dejadez extrema, una falta de higiene persistente y, sobre todo, si este rasgo se prolonga en el tiempo, puede ser un síntoma de una depresión u otra enfermedad mental, y es mejor que consultes con un especialista.
Si va acompañado de otros signos alarmantes
Solemos decir que la mayoría de las adolescencias funcionan bien. Sin embargo, algunas no lo hacen, y normalmente no hay un solo síntoma de alarma, sino varios.
Si el desorden de tu adolescente te parece excesivo, si además ha llegado de forma súbita o acompañado de un cambio brusco en sus hábitos: alimentación, amistades, actividades de ocio, tristeza… Y, sobre todo, si estas conductas se prolongan en el tiempo… Entonces también, mejor busca una ayuda profesional, pues es probable que su problema no sea el desorden, sino el malestar que lo está provocando.
¿Cómo ayudar a un adolescente a ser ordenado?
Visto el problema, habrá que hacer un repaso a las posibles soluciones.
No es fácil, pues la realidad es que tratar de que los adolescentes sean ordenados es, en muchos casos, ir contra natura, pero con estas pautas sabrás cómo conseguir que el orden deje de ser una batalla inacabable.
Mide tus fuerzas
Lo primero que debes plantearte es hasta qué punto el orden en la habitación de tu adolescente es una prioridad para ti o para la familia. Si estáis trabajando en otras cosas (los estudios, la actitud…), quizá puedas cerrar los ojos al desorden por una temporada, y priorizar aquello que sea más importante. Recuerda, además, que este momento de desorden es temporal: no va a durar para siempre.
Dialoga, no impongas
Decía María Montessori que el orden externo crea orden interno; pues bien, lo contrario también está demostrado: que el desorden en el hogar provoca mal comportamiento y problemas familiares.
Explícale a tu adolescente que su habitación debe tener un mínimo de orden, y por qué, estableced juntos cuál es ese mínimo y cómo va a responsabilizarse de conseguirlo.
Dale autonomía
Muchos chicos y chicas se hacen adolescentes en habitaciones infantiles, que ya no se corresponden con sus gustos. Pues bien, es el momento de cambiarlo. Si le dejas elegir nuevos muebles más adecuados a sus necesidades, decorar a su manera… Lo sentirá como un espacio más suyo y es probable que lo mantenga más ordenado.
Ayúdale a crear un hábito
A lo mejor tu adolescente necesita tu ayuda para comenzar a ordenar su habitación. Un pequeño recordatorio, una lista de comprobación o quizá que físicamente estés ahí…
Acompañarle en la tarea de ordenar su cuarto es una buena idea, y le ayudará a establecer un hábito. Las responsabilidades domésticas se viven mejor compartidas, y además suelen ser un momento de confidencias y conexión.
Da ejemplo
Si siempre dejas el abrigo en medio del salón y el bolso tirado en la entrada, es probable que tu hijo no haya interiorizado que la casa debe ser un lugar ordenado. Así que si necesitas que haga su parte y tenga su habitación ordenada, te aconsejamos que durante un tiempo, al menos, seas muy escrupulosa con tu propio orden, para ayudarle a hacerse consciente de esta necesidad.
Pero sobre todo, lo más importante es que no lo hagas tú por él. Estableced juntos los límites y las normas y verás cómo poco a poco va haciéndose con el orden.
¿Tu adolescente no ordena nunca su habitación? ¿Cómo le ayudas a ser más organizado? Déjanos tu comentario para saber si te gustaría participar en nuestro reto «No soy la Roomba de mi hijo«
3 comentarios. Dejar nuevo
Se puede hacer este curso si te marchas a mitad de el de vacaciones?
Hola, si estás con tus hijos, seguro que sí, además los recursos los tendrás grabados para seguir trabajándolos después.
sjimayllon@gmail.com Buenas tardes no he podido acceder al curso porque estoy realizando otro ¿podré hacerlo después?