Como ayudar a mi adolescente con problemas de concentración
Escuela

Cómo ayudar a un adolescente con problemas de concentración

Cómo ayudar a un adolescente con problemas de concentración

Un grupo de adolescentes pululaba el otro día por la biblioteca del instituto, quejándose de que no eran capaces de leer durante los 50 minutos que duraba la clase de Lengua. Alguno afirmaba, incluso, que el libro le interesaba, pero que no podía mantener la atención… ¿De dónde vienen estas dificultades? ¿Cómo podemos ayudar a un adolescente que no es capaz de concentrarse?

Un dato, para empezar: los jóvenes españoles pasan 5,5 horas al día, casi tantas como en el aula, en redes sociales. Las redes, ya lo sabemos, están diseñadas para atraernos hacia estímulos fáciles, aquellos que a la plataforma o a los anunciantes les interesan. En definitiva, son perjudiciales para nuestra atención, porque la fragmentan.

Las consecuencias de esta fragmentación de la atención se extienden a los momentos en que el móvil está apagado: el cerebro se ha acostumbrado a “saltar” de estímulo en estímulo, a no perseverar en una tarea… Aquello que necesita de una concentración profunda, como leer o estudiar, se convierte en algo prácticamente imposible.

Aunque, por supuesto, ni las redes sociales son la única causa de que vivamos en esta sociedad de la distracción, ni los jóvenes son los únicos que son incapaces de concentrarse (¿cuándo fue la última vez que leíste durante una hora o que viste una película sin mirar el móvil?), ni esta falta de foco es irreversible.

Porque hay maneras de compensar la falta de concentración en tu adolescente (y en ti, si también notas esta distracción continua). Pero antes hay que ser consciente de hasta qué punto puede afectarle y descubrir de dónde viene. 

Cómo ayudar a un adolescente con problemas de concentración
En la sociedad actual nos está faltando tanto el entrenamiento atencional como un entorno que facilite la concentración

La importancia de la atención

La atención es la capacidad de seleccionar los estímulos y de poner en acción la memoria a corto y largo plazo al servicio de un solo estímulo o acción. Estar atento a algo significa, por tanto, seleccionar la información dada por el entorno, pero también por los propios estímulos internos, para perseverar una tarea y concluirla con éxito

La capacidad de atención se relaciona con el compromiso hacia la propia tarea (es más fácil estar concentrado en algo que verdaderamente deseamos o estamos determinados a hacer), pero también con otros factores: la propia psicología, la educación (es decir, el “entrenamiento” atencional que tengamos) y el entorno en que realicemos la actividad. 

En la sociedad actual nos está faltando tanto el entrenamiento atencional como un entorno que facilite la concentración: la generación que está atravesando la adolescencia ha sido educada con una grandísima presencia de distractores (pantallas, sobre todo), y el entorno, de forma general, se presta poco a la concentración. 

Pero además, es propio de la adolescencia no sentirse implicado en los procesos escolares, “desconectar” de los estudios. Podemos culpar al sistema, claro, pero en las tareas escolares (y más adelante, en el trabajo, y en diferentes aspectos de la vida), por motivadoras que sean, va a ser necesaria una capacidad de concentración cada vez más alta.

Si tu adolescente tiene problemas de atención, apúntate ya al programa La Brújula, en el que te enseñaremos cómo ayudarle para comprender su cerebro, entender quién y quién quiere ser, tres pilares de su vida que facilitarán su capacidad atencional.

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Por otro lado, y aunque solemos enfocarnos en lo escolar porque es un espacio donde la falta de atención se hace muy evidente (cuesta seguir las clases, hacer las tareas, comprender lo que se lee…), podemos señalar otras consecuencias de la escasa capacidad de atención: 

  • Irritabilidad y frustración, provocadas por la consciencia de la propia dificultad.
  • Olvidos, que pueden llevar a la pérdida de objetos.
  • Dificultad para pensar con claridad y tomar decisiones (a mayor dificultad atencional más complicada se vuelve la reflexión.
  • Incapacidad para realizar tareas complicadas, que requieren sostener la atención durante periodos largos, o de forma muy intensa.
  • Mayor probabilidad de cometer errores, por distraerse fácilmente.
  • Problemas para sostener conversaciones, que pueden provocar dificultades sociales (pues parece que “no se escucha” a los otros).

Causas de la falta de concentración en adolescentes

Las causas por las que un adolescente (o adulto) no se concentra son muy variadas, pero pueden agruparlas en varios bloques: 

  • Causas psicológicas, como trastornos de atención, depresión o ansiedad. 
  • Causas médicas, como problemas hormonales o tiroideos.
  • Causas ambientales, que tienen que ver con las condiciones en que se desarrolla la actividad.

Detallaremos un poco estas últimas, pues las otras deben ser tratadas por especialistas. 

Las causas ambientales más ligadas a la falta de concentración en adolescentes son:

1. La falta de sueño: 

El descanso es crucial para que el cerebro funcione a pleno rendimiento. Y los adolescentes, por desgracia, duermen en general mucho menos de lo que deberían. 

2. Los distractores: 

Son todos aquellos elementos ambientales que reclaman atención (el móvil, pero también objetos que estén encima de la mesa en el momento de la tarea, o pensamientos que crucen la mente del adolescente y provoquen pérdida de atención). 

3. La competencia de tareas: 

Ya ha quedado bastante claro que el multitasking, la realización de varias tareas al mismo tiempo, solo provoca pérdida de eficacia en las mismas. Hay quien dice, incluso, que es imposible, y que lo único que se puede hacer es “saltar” de una tarea a otra.

4. La desmotivación: 

Muchos adolescentes están desmotivados, hacia los estudios y hacia la vida en general, y una persona desmotivada es una persona distraída.

¿Cómo ayudar a un adolescente con problemas de concentración?

Vistas las causas de la desconcentración, seguimos ese mismo hilo para encontrar soluciones. En este asunto tampoco hay varitas mágicas, pero con perseverancia y mucha conciencia de los propios logros se puede lograr mejorar. Aquí van algunas ideas para que ayudes a tu adolescente (¡y a ti!) a distraerse menos y a mantener la atención por periodos cada vez más prolongados:

Normas y límites en la adolescencia

Enséñale a tener un estilo de vida saludable

Lo resumiremos así: comer de forma saludable, realizar ejercicio físico, dormir suficiente. Y, por supuesto, nada de alcohol ni de drogas. Porque cuando el cuerpo no está bien, la mente no puede funcionar bien. Esto no significa no poder hacer excepciones de vez en cuando, pero cuanto más cale este mensaje en tu adolescente, mejor.

Programa descansos entre tareas

Los periodos de reposo son fundamentales para que la atención mejore: entre el momento de salir del instituto y el de hacer los deberes, entre el concierto de piano y la redacción de ese trabajo de ciencias… Cuanto más largos son los periodos de concentración, más han de serlo los descansos.

Ayúdale a organizarse

Para evitar la competencia entre tareas y conseguir que tu adolescente se concentre mejor, enséñale cómo organizarse: establecer metas, priorizar lo importante, determinar qué tiempo va a dedicar a cada asunto y de qué manera (es mejor empezar por lo que más satisfacción le da, pero teniendo en cuenta que conforme pasan las horas también se está “menos fresco”…). 

Desaconséjale hacer varias cosas a la vez

Ya lo hemos dicho antes: hay psicólogos que piensan que el multitask, en realidad, no existe. En cualquier caso, hacer las cosas una por una y con calma (el “despacito y buena letra” de nuestras abuelas) es la mejor manera de asegurarnos periodos de atención profundos.

Elimina distractores en los momentos de concentración… y de ocio

Por supuesto, es mejor que durante el tiempo de estudio el móvil desaparezca de su vista, pero también es fundamental eliminar elementos que distraigan en algunos momentos de ocio, para que pueda aprender a disfrutar de pasatiempos que no tengan que ver con pantallas (lectura, juegos de mesa, deportes…).

Cómprale cascos de cancelación de ruido

Si tu adolescente se distrae fácilmente con los estímulos auditivos, los auriculares de cancelación de ruido o los tapones para los oídos pueden ayudarle a mantener el foco en la tarea

Aprended a disfrutar del presente

No hace falta practicar la meditación (aunque quizá os guste, y tiene beneficios probados, como la reducción de la presión arterial), pero estar en el presente, prestar atención a lo que se está haciendo, a las personas con las que se comparte el tiempo y a los pequeños detalles de la vida es un gran entrenamiento para dejar de distraerse tan fácilmente.

Ayúdale a encontrar la motivación en lo que hace

Si tu adolescente no le ve sentido al estudiar, o a la concentración en otra tarea… Es difícil que consiga concentrarse. El estudio y el esfuerzo deben convertirse no en un fin sino en el medio, la manera en la que alcanzará su meta (aquella que él mismo, no tú u otros entes sociales, haya establecido).

Si necesitas ayuda para orientar a tu adolescente a encontrar su propósito, apúntate a La brújula. El programa en el que conseguirás guiar a tu adolescente a través de las dificultades de la adolescencia y transformar esta etapa en un periodo de disfrute e ilusión. 

Me apunto a La brújula.

No lo dejes, que empezamos ya.

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